Por Álvaro Delgado/ Proceso
El diputado federal Jorge Villalobos Seáñez y el diputado local Ulises Ramírez, a quien Gustavo Madero encomendó auxiliar al flamante coordinador de los senadores del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Luis Preciado, tienen algo en común: se les acusa de vender candidaturas.
El pasado 14 de enero siete prominentes panistas, entre ellos los expresidentes del PAN Noé Aguilar Tinajero, Francisco Gárate Chapa y Juan Carlos Núñez, enviaron una carta a Madero para denunciar la venta de candidaturas por parte de Ramírez, jefe del Grupo Tlalnepantla, que controla el partido en el Estado de México.
Sin embargo, Madero no sólo no ha dado respuesta a esa carta, firmada también por Astolfo Vicencio Tovar y Víctor Guerrero, pioneros del PAN en ese estado, así como por el exalcalde José Luis Durán Reveles y el exdiputado Javier Paz Zarza, sino que respalda al grupo de Ramírez, quien logró imponer en la presidencia a Óscar Sánchez Juárez, un admirador de Adolfo Hitler (Proceso 1906).
La carta fue enviada a Madero luego de que el diario La Razón publicó, el 8 de enero, las conversaciones de Ramírez, exsenador y entonces coordinador de los diputados en el Congreso local, con Óscar García Martínez, uno de sus principales colaboradores, sobre la supuesta venta de candidaturas de diputados federales en 1 millón de pesos.
En otra conversación se escucha la plática entre el diputado local Enrique Vargas del Villar con la entonces diputada local Gabriela Gamboa Sánchez, en la que ésta admite que pagó un millón de pesos por la candidatura a diputada federal, pero luego, en un desplegado publicado en ese mismo periódico, aseguró que esa cantidad le fue devuelta.
En la misiva enviada a Madero los firmantes exponen: “La defensa de las personas que supuestamente pagaron por estas candidaturas ha sido el afirmar que en un proceso donde votan miles de panistas es imposible la venta de las mismas, asegurando que lo mismo sería factible únicamente en un proceso de designación”.
Y enseguida, dirigiéndose a Madero, rebaten este punto: “Lo anterior no es necesariamente cierto, dado que la existencia de un padrón corporativizado, cosas que usted ha señalado en varias ocasiones y que le dieron origen al proceso de refrendo que su dirigencia echó a andar a finales del año pasado, hacen imposible que el voto responda a una práctica muy generalizada en el partido llamada ‘la línea’, en la que la militancia corporativa vota como le pide su ‘líder’ o ‘cabeza de grupo’, sin cuestionarlo siquiera.
“En este sentido es claro que en el Estado de México quien se ha valido de esta práctica es el llamado ‘Grupo Tlalnepantla’, el cual encabeza el diputado Ulises Ramírez Núñez, y que si se analizan los resultados de las elecciones que se realizaron el año pasado, veremos un padrón en el que los candidatos apoyados por este personaje tuvieron votaciones altas en los mismos municipios en los que Ramírez Núñez ejerce el control del voto corporativo.”
Y agregan: “Lo anterior daña nuestra vida institucional y lacera nuestra democracia, puesto que genera un estado de anormalidad democrática en el que el pago de una candidatura a un líder grupal se vuelve criterio para la obtención de una curul, y no la experiencia, las propuestas, las ideas, la integridad y el liderazgo”.
Por ello, los dirigentes panistas solicitan al CEN del PAN iniciar una investigación y que, “de demostrarse estos hechos”, se sancione con la expulsión del partido a Ramírez y a todos los implicados.
Hasta ahora nada de eso ha ocurrido y Madero ni siquiera ha dado respuesta a la carta de los panistas estatales, quienes también han denunciado que Ramírez, como presidente estatal y coordinador de los diputados locales del PAN, ha mantenido una postura acrítica hacia los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Eruviel Ávila, una conducta semejante a la de Madero, a cuyo grupo pertenece.
El propio Ulises Ramírez, quien fue coordinador de asesores de Juan Camilo Mouriño en la Secretaría de Gobernación, lo reconoció así, en entrevista con el reportero, en diciembre último: “Es una instrucción del presidente nacional”.
Otro involucrado en la supuesta venta de candidaturas es Jorge Villalobos Seáñez, considerado la mano derecha de Madero en el PAN, cuya participación se describe en un documento al que tuvo acceso el reportero.
“En abril de 2012, Enrique Vargas del Villar, regidor en el ayuntamiento de Huixquilucan, Estado de México, denunció ante Edgardo Flores Campbell que por supuestas instrucciones del secretario particular de Gustavo Madero, líder nacional del PAN, debería entregar 5 millones de pesos en efectivo, a cambio de que fuera incluido en la lista de candidatos a diputados locales por vía plurinominal.
“Vargas del Villar señaló que la petición fue realizada por una tercera persona identificada como Rubén Ceja, quien le aseguró que sería incluido en el lugar número seis de la citada lista y negó categóricamente que tales recursos estuvieran orientados a impulsar las aspiraciones políticas de Villalobos Seáñez, quien en ese momento aspiraba a la diputación federal plurinominal por la primera circunscripción.
“Vargas del Villar refirió en su denuncia que en entrevista con Rafael Jiménez (sic), excoordinador general adjunto de la campaña de la excandidata presidencial Josefina Vázquez Mota, le mencionó que Jorge Villalobos le había informado que se encontraba ‘vetado’ para ocupar una candidatura, hecho que de manera posterior fue negado por Gustavo Madero, quien también desvinculó a su colaborador de la solicitud de dinero”.
Fuente: Proceso