Calderón, EU y el patriotismo

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Por Salvador Camarena

¿Es un ex Presidente de la República una institución? ¿Los actos de un ex mandatario de México son importantes? ¿Sus declaraciones tienen alguna relevancia independientemente de la atención que reciban de los medios de comunicación? ¿Valen algo sus expresiones independientemente de que haya quien paga por asistir a conferencias donde ese ex gobernante hablará?

Aun antes de terminar su periodo presidencial, Vicente Fox nos dejó bien claro lo que podíamos esperar de él cuando dejara de vivir en Los Pinos. “Ya hoy hablo libre; ya digo cualquier tontería, ya no importa. Ya. Total, yo ya me voy”, dijo el guanajuatense cuando estaba a punto de ser entrevistado por la agencia EFE. Sus palabras quedaron grabadas y fueron difundidas a principios de noviembre de 2006 por Telemundo. Tonterías prometió. Más de una vez ha cumplido. Pero, justo es decirlo, tampoco se esperaba mucho de lo que hiciera después del 2006 visto lo que hizo durante su periodo presidencial. De hecho, el reportero Alfredo Corchado cuenta en su libro Midnight in Mexico (Penguin) que, como primer periodista en entrevistar a Fox la noche misma de su histórico triunfo del 2 de julio de 2000, quedó impresionado de lo que le dijo el todavía candidato: “La gente me va a recordar como el hombre que sacó al PRI de Los Pinos”. Corchado destaca que no había ni empezado su periodo y el tono del guanajuatense era de quien “había cumplido ya con su labor”. El tiempo confirmaría esa primera impresión.

Cuando Felipe Calderón asumió la presidencia quiso dotar de nuevo de solemnidad a la imagen presidencial. Por ejemplo, el águila mocha fue enviada al desván, y en su lugar fue reinstalado el escudo nacional íntegro. Y como ex Presidente, Calderón no ha dado entrevistas (hizo declaraciones a Ciro Gómez Leyva tras el atentado en Boston, pero estrictamente sobre eso), pero sí ha dado algunas conferencias en el extranjero y alguna en México.

Sin embargo, Calderón ha utilizado Twitter como una plataforma para fijar postura en coyunturas específicas. Opina sobre el PAN pero también sobre otros asuntos. Famosa fue la ocasión en que pidió a panistas lavar en casa la ropa sucia. Lo que provocó (queriéndolo o no) fue exactamente lo contrario: que la polémica blanquiazul creciera. Pero esa no fue la única vez en que ha expresado algo en esa red social que resulta controvertido.

Ahora y precisamente a partir de algo que Calderón escribió ayer en Twitter, conviene cuestionar al michoacano, pedirle que muestre hasta qué punto ha de llevar sus palabras.

Luego de las revelaciones de Der Spiegel sobre la sofisticada operación de espionaje a su presidencia, incluido su gabinete, Calderón fijó postura en Twitter. De los cuatro mensajes relativos a ese tema, este me parece clave: “Más que personal, es un agravio a las instituciones del país, dado que se realizaron cuando ejercía el cargo de Presidente de la República”.

Ese señor que fue Presidente de México hoy vive en Estados Unidos, bajo el gobierno del mismo señor que autorizó el programa intervencionista que se inmiscuyó en los sistemas de correo de la presidencia mexicana de quien hoy goza de una visa estadounidense. Y peor, todo eso pasó luego de que nadie como Calderón abrió la puerta de México a las agencias estadounidenses de seguridad.

El espionaje fue un agravio a la institución, dice Calderón correctamente. Y él como ex Presidente algo representa aún para México. Por eso a los ex mandatarios se les paga un sueldo vitalicio, por eso no deben decir tonterías, por eso cobran por dar conferencias, por eso se les pone seguridad a cargo del erario: porque fueron presidentes de este país, que no es uno cualquiera, que ha sufrido invasiones y se ha recuperado, que ha sido violentado en su territorio, pero que también ha tenido episodios de dignidad.

El patriotismo no está de moda. Eso ya lo sabemos. Sin embargo, qué bien se vería un ex Presidente de México renunciando a vivir en la Unión Americana al menos mientras gobierno y pueblo mexicanos no reciban una explicación de la administración Obama por el ultraje. Mientras no se aclare la situación y acaso se dé una disculpa. Los gestos de dignidad en este momento no deberían ser solo reclamados al gobierno de Peña Nieto (con su lamentable bajísimo perfil en este tema), ni tampoco al Senado (inexistente en política exterior en esta legislatura).

¿Es un ex Presidente de México una institución? Algunos lo fueron hasta su muerte. Algunos lo son incluso después de muertos. Calderón, que quiso devolver prestigio a la figura presidencial luego del foxismo, ese mismo Calderón que besó la banda presidencial un segundo antes de entregarla a Peña Nieto, debería tener claro que no puede vivir hoy en Estados Unidos como si nada se hubiera publicado en las últimas semanas, en el último fin de semana. No sin validar en los hechos la nueva burla que ha quedado al descubierto. No sin devaluar la figura presidencial. No sin alimentar más las suspicacias de que su colaboración con Estados Unidos también obedeció a un interés personal, antes que a su deber institucional.

¿Qué va a hacer Calderón además de enviar tuits?

Fuente: Sin Embargo

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