El presidente Felipe Calderón dice no temer ser llevado a juicio por la Corte Internacional de La Haya, donde hay un pedido de miles de mexicanos para que se investigue la guerra contra el crimen organizado que ha dejado más de 50 mil muertos. “Hemos actuado en todo momento con escrupuloso respeto a la ley. Ha habido una gran cantidad de homicidios en México, que por supuesto lamentamos, pero los que cometen esos homicidios son los criminales. Creo que la irresponsabilidad de un gobernante hubiera sido no haber actuado”, sostuvo el mandatario mexicano, quien ha dicho que al término de su mandato planea quedarse a vivir en México.
En una larga entrevista de Luis Prados y Salvador Camarena, publicada este domingo en el diario español El País, Calderón considera que “el problema de la democracia mexicana no está en la contabilidad electoral”, sino “en la libertad con la que un elector llega a la casilla para votar por uno u otro candidato”. Y en este sentido, en lo que se ha dado en llamar la compra de votos por el PRI, el mandatario la reprueba, pero reitera que se trata de un “asunto de pruebas y de decisiones judiciales”, y que en todo caso que “esos votos sean nulos no necesariamente implica la nulidad de un proceso electoral en el que han votado 70 millones de personas”.
He aquí algunos fragmentos de la entrevista:
Pregunta. ¿Qué ocurre para que México, que ha avanzado en tantos aspectos y presume de su sistema electoral, se encuentre otra vez atascado, pocos días después de las elecciones?
R. No hay ninguna duda de que nuestra democracia tiene muchas cosas que corregir, pero cualquier inconformidad debe hacerse a través de los cauces institucionales. Y por otra parte, para que haya democracia, se requieren demócratas. Y eso no depende del marco institucional, depende de un compromiso con la democracia y su legalidad.
P. Cuando dio su mensaje la noche electoral parecía muy contento… hay quien asegura que tiene un pacto con el PRI.
R. ¡Vaya! No hay absolutamente nada de eso, mi pacto es con la ley, con la Constitución y con la democracia. Y esa noche estaba yo con la tranquilidad de que no se habían producido en la jornada electoral hechos lamentables de violencia.
P. Dado el número de muertos vinculados a la lucha contra el crimen organizado, de desaparecidos, de violaciones de los derechos humanos como han denunciado varias ONG, ¿teme ser llevado a la Corte Penal Internacional de La Haya?
R. No, porque hemos actuado en todo momento con escrupuloso respeto a la ley. Ha habido una gran cantidad de homicidios en México, que por supuesto lamentamos, pero los que cometen esos homicidios son los criminales. Creo que la irresponsabilidad de un gobernante hubiera sido no haber actuado. Por otra parte, seguramente debe haber habido violaciones de los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas y de la Policía. Pero estas han sido, excepcionales, no sistemáticas. De los miles y miles de operaciones que realizan las Fuerzas Armadas (patrullas, detenciones in fraganti, decomisos de droga…) los casos que se han llegado a denunciar son significativamente excepcionales. Y de los denunciados, según datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, probablemente solo el 1,5% o 2% de las quejas han derivado en recomendaciones con fundamento.
P. ¿Quién perdió las elecciones?, ¿el PAN o el Gobierno Federal?
R. Como panista, perdimos todos. Perdimos los panistas que estamos en el Gobierno al no refrendar en votos el apoyo que podemos tener por nuestra actuación; perdió la dirección panista porque quizá el proceso de selección de candidatos fue errático, tortuoso, costoso políticamente. También con un Gobierno que tiene una aprobación de más del 60%, la estrategia de campaña no fue de continuidad, sino de cambio o diferencia. Hay muchos factores que explican esa derrota, pero qué duda cabe que en ello todos tenemos una parte de responsabilidad y hay que asumirla. Y de inmediato poner remedio.
P. Parece que la nueva asignatura pendiente de la democracia mexicana es que ya sabe contar muy bien los votos, pero falta que no haya sospecha de que se compraron.
R. Sí lo es y agregaría, ya lo era hace muchos años. El problema de la democracia mexicana no está en la contabilidad electoral, que fue el alegato de 2006. El problema no está ahí. Está en la libertad con la que un elector llega a la casilla para votar por uno u otro candidato. Y ese desafío sigue presente. No soy de los que creen que una elección se puede decidir así como así por la compra de votos. No es un asunto de fe, es un asunto de pruebas y de decisiones judiciales. Sí estimo que si se llega a comprar un voto (darle al elector un obsequio, un dinero o una tarjeta condicionada a un voto), así sean un voto, cien mil o cinco millones, está mal.
P. Es un fraude…
R. Que tiene que corregirse y castigarse. Si hay un voto o 10 o mil que están comprados, evidentemente se anula la voluntad de esos votantes, pero que esos votos sean nulos no necesariamente implica la nulidad de un proceso electoral en el que han votado 70 millones de personas.
Lea la entrevista completa en El País:
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/07/14/actualidad/1342286287_360991.html