Manuel Aguirre Galindo, El Caballo, uno de los fundadores y hombres más importantes en la estructura del cártel de los hermanos Arellano Felix, fue detenido en el Distrito Federal. Ya se encuentra preso en el Centro Federal de Readaptación Social, número uno del Altiplano, conocido como Almoloya.
La detención de este narcotraficante, por quien el gobierno de Estados Unidos ofrecía una recompensa de hasta 5 millones de dólares por información que llevaran a su captura, fue realizada en la ciudad de México el pasado sábado.
Funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional, revelaron que Aguirre Galindo contaba con tres órdenes de aprehensión giradas por jueces mexicanos, por la comisión de delitos con operaciones de recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero), contra la salud y delincuencia organizada.
Desde julio de 2003, el Departamento de Estado de Estados Unidos ofreció la recompensa por datos sobre la ubicación de Aguirre Galindo, quien estaba considerado como uno de los principales operadores y encargado del manejo financiero de la organización Arellano Félix.
Las autoridades estadounidenses giraron una orden de detención provisional con fines de extradición hacia el gobierno mexicano, pues también se le acusa de diversos delitos relacionados con el tráfico de estupefacientes hacia territorio estadounidense.
Aguirre Galindo era, según la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, el último de los fundadores de la organización Arellano Félix que se encontraba prófugo.
Entre otras propiedades con las que las autoridades estadunidenses identificaron a Manuel Aguirre Galindo como el líder financiero del grupo se le relacionó con el complejo turístico Oasis, construido en 1988 en Baja California.
La detención de Aguirre Galindo se llevó a cabo en la ciudad de México por elementos de la Policía Federal; sin embargo, hasta el momento la captura no ha sido dada a conocer oficialmente, y la Procuraduría General de la República tampoco ha informado si se le practico algún interrogatorio en la instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido).
Fuente: La Jornada