Casi 400 años después de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), un equipo de científicos españoles se dispone a rescatar los restos del autor de “El Quijote”.
El lunes arrancará en el madrileño Barrio de Las Letras, en pleno centro histórico de la capital de España, una operación para ello dividida en tres fases.
El escenario es el Convento de las Trinitarias, fundado en 1612 y catalogado como bien de interés cultural de la ciudad.
En la conocida calle madrileña de Huertas y la de Lope de Vega, a pocos metros de la que fue su casa, en la calle León, es donde todo indica que se encuentran los restos del más célebre escritor en la historia de España, enterrados como fue su deseo junto a los de su mujer, Catalina de Salazar.
El día D y la hora H son el lunes 28 de abril a las 10:30 (local). Entonces comenzará el trabajo de un georradar y un aparato de infrarrojos.
Durante tres días se tomarán muestras del suelo, de las paredes y de una cripta en la que nadie entró desde 1955. El georradar obtiene “una radiografía algo más sofisticada de la estructura del subsuelo”, explicó este viernes el equipo de expertos en la presentación ante la prensa de la búsqueda de Cervantes que arranca el lunes.
Una vez procesada esa información se obtendrá una imagen tridimensional del edificio que permitirá saber, a través de las cavidades localizadas por el georradar, dónde pueden encontrarse los restos del autor del Siglo de Oro.
El coste total de la “operación Cervantes” es de 100 mil euros (unos 138 mil dólares). De momento solo hay asegurados 12 mil, los que el Ayuntamiento de Madrid ha comprometido para la primera fase. En la segunda se llevaría a cabo una excavación, selectiva y cuidadosa, para tomar muestras de los restos.
El equipo de investigación lo conforman el historiador Fernando de Prado, director del proyecto, el geofísico Luis Avial, experto en el uso del georradar, y el forense Francisco Etxeberría. Este último ha participado entre otras labores en la exhumación de víctimas de la Guerra Civil española y en la del poeta chileno Pablo Neruda.
“La metodología es la misma, aunque todos tenemos un corazón aquí dentro, y uno a veces sueña también con los personajes históricos”, dijo Etxeberría.
Nunca hasta ahora se había tratado de encontrar la tumba de Cervantes, pese a que la Real Academia Española documentó hace tiempo en un estudio que los restos del escritor fueron enterrados en el Convento de las Trinitarias.
Lo que hace albergar alguna duda sobre si se habrían exhumado en algún momento o no son las obras de remodelación que se hicieron en el convento de clausura en el siglo XVII y también en el XX.
Con las muestras que se tomen de los restos en una segunda fase de la operación arrancaría la última, esa ya en un laboratorio en el que se identificarían por caracterización antropológica: es decir, por las lesiones que se sabe que Cervantes sufrió en la batalla de Lepanto, en 1571.
Una vez confirmado, Cervantes “tendría que ser enterrado en el mismo sitio, pero con una placa que recuerde su nombre”, dijo De Prado. “Nadie aceptaría que su voluntad fuera violada”.
La identificación del lugar de su descanso eterno llegaría seguramente a tiempo de conmemorar, en 2016, los cuatro siglos de la muerte del mayor escritor de la lengua castellana.
Fuente: EFE