Buscan en Detroit los restos de Hoffa
Hace 37 años que su misteriosa desaparición mantiene en jaque a la policía. Comenzaron a excavar en una casa donde un testigo dijo que allí enterraron al líder camionero.
El último intento para poner fin al misterio de 37 años que envuelve la desaparición del ex líder de los camioneros de Estados Unidos, Jimmy Hoffa, comenzó ayer en un suburbio de las afueras de Detroit. Siguiendo la pista de un informante que aseguró haber visto el entierro de un cuerpo hace décadas, los investigadores perforaron seis metros por debajo del depósito de una vivienda de la localidad de Roseville para tomar muestras testigos del suelo.
No había señales visibles de huesos y demás restos humanos en el material que extrajeron los especialistas, según se pudo saber, pero las muestras serán analizadas por un laboratorio forense en la Universidad Estatal de Michigan en las próximas horas. Si los resultados arrojan la existencia de “restos discernibles” de un cadáver, la noticia sería anunciada pasado mañana y una excavación generalizada comenzará de inmediato.
La policía local descree de la posibilidad de que los restos de Hoffa se encuentren debajo del cobertizo con piso de concreto de la vivienda. “No estamos diciendo que no es Jimmy Hoffa. Sólo estamos diciendo que las probabilidades son remotas”, aclaró James Berlin, jefe de la Policía de Roseville, una población de 50.000 habitantes ubicada en el área metropolitana de Detroit y perteneciente al Estado de Michigan.
“Sería muy bueno si lo fuera, porque me gustaría darle un cierre a su familia y a las decenas de miles de camioneros que idolatran a este hombre”, agregó Berlin. “Esto es como una herida abierta que no va a desaparecer. Cada par de años esto sucede, y todos ustedes vienen aquí y tenemos que revivir lo mismo”.
La policía dijo que el informante se presentó en agosto a expresar que había sido testigo del entierro de un cuerpo en el hogar y que no lo había hecho antes por miedo. Una inmediata inspección por radar arrojó algún tipo de anomalía en el suelo debajo del hormigón del depósito.
Cada tanto una denuncia advierte sobre supuestos restos de Hoffa. Años atrás, pruebas de ADN en manchas de sangre en una casa donde se suponía que estuvo secuestrado dieron negativo. Las autoridades ordenaron remover algunas tablas de madera del piso de una casa en Bloomfield, donde un sindicalista rival, Frank Irishman Sheeran, aseguró haberlo asesinado. No se halló nada que contribuyera a dilucidar el misterio.
Hoffa desapareció el 30 de julio de 1975 como si lo hubiera tragado la tierra y sin que nadie pudiera dar una pista a lo largo de casi cuatro décadas. El hecho contribuyó a crear una suerte de mito alrededor del sindicalista.
Hay quienes creen que el cadáver de Hoffa fue incinerado y sus cenizas arrojadas al río.
Lo cierto es que aquel día, el influyente y temido fundador del poderoso sindicato de los camioneros (“Teamsters”) fue a reunirse con alguien en un restaurante de Bloomfield, Detroit, y en el camino desapareció misteriosamente.
Capaz de parar el transporte de cargas de todo el país, Hoffa convirtió al sindicato camionero en una potencia económica y política de Estados Unidos, mientras a él se lo emparentaba con la mafia italonorteamericana.
La mayoría de los investigadores cree que su desaparición fue manos de la Cosa Nostra, que para entonces quería desprenderse de uno de sus principales socios en el control de los sindicatos estadounidenses.
Existe la teoría de que fue el sicario conocido como Tony el Griego quien asesinó a Hoffa por encargo de Sam Giancana, jefe de la mafia en Tampa. Y aunque nunca se halló el cadáver, abundaron los rumores sobre el lugar donde estaba sepultado.
El crimen de Hoffa sigue conmoviendo a la opinión pública por “la fascinación que crean los crímenes sin resolver, en particular cuando el cuerpo no aparece”, dice Adam Gershowitz, profesor de la facultad de Derecho en, Virginia. “Siempre existe la posibilidad de que encontrar el cuerpo genere una nueva novela”, agrega.
Tod Burke, profesor de justicia criminal en la Universidad de Radford en Virginia, dice que el misterio también demuestra una visión de las organizaciones delictivas de una era diferente. “Hoy en día la gente del crimen organizado es más propensa a hablar con las autoridades, a volverse contra sí mismos”, dice. La era Hoffa es de otro tiempo. “Todos callados la boca y mantenidos dentro de la familia”.
Poder. Desde la presidencia de su sindicato, Hoffa logró agrupar a todos los camioneros del país en un solo convenio nacional. A la vez pretendió incorporar a trabajadores de líneas aéreas y de otras actividades ligadas al transporte.
Sin embargo, desde la Casa Blanca los presidentes demócratas John Fitzgerald Kennedy y Lindon Johnson se convirtieron en un serio obstáculo y ordenaron al FBI que investigara sus actividades.
En el marco de esa guerra declarada, las revelaciones de los detectives privados Fred Otash y John Danoff, contratados por Hoffa para grabar las confidencias de alcoba de Robert Francis Kennedy a Marilyn Monroe, su amante, pusieron en un brete la presunta honorabilidad de los hermanos Kennedy.
Hasta que 1967 marcó el final de la carrera de Hoffa al ser condenado por soborno a 15 años de prisión. El presidente republicano Richard Nixon le conmutó la pena en 1971, cuando llevaba cumplidos cuatro años, con la condición de que debería abstenerse de volver a realizar actividades sindicales.
Filme que lo popularizó
La vida y la desaparición del sindicalista camionero Jimmy Hoffa inspiraron una decena de libros y también películas. El film Hoffa, estrenado en 1992 en el que Jack Nicholson encarnó al mítico dirigente, hizo que el gran público se entere de su polémica trayectoria y de la forma en que construyó su poder. Fue dirigida por Danny De Vito, que también actuó junto a Armand Assante. La película obtuvo dos candidaturas al Premio Oscar, pero no sumó buena acogida entre los críticos, quienes reprobaron su excesiva violencia y acusaron mediocres interpretaciones.
Fuente: www.LaCapital.com.ar