Brasil, que superó por primera vez la triste marca de mil muertes diarias por el nuevo coronavirus, abrió este miércoles la puerta a la utilización de hidroxicloroquina en casos leves de covid-19, que siguió avanzando en Chile, Perú y otros países de América Latina pero parece estar cediendo en Europa.
El Ministerio de Salud brasileño amplió este miércoles su recomendación de utilizar cloroquina e hidroxicloroquina en pacientes con síntomas leves del nuevo coronavirus, combinadas con el antibiótico azitromicina, atendiendo un pedido de Bolsonaro pese a que su eficacia divide a la comunidad científica mundial.
La prescripción del medicamento, utilizado para tratar otras enfermedades como la malaria, sólo se recomendaba hasta ahora en los casos graves de covid-19.
Según un documento divulgado por el Ministerio de Salud, su utilización quedará “a criterio del médico” y requiere también “la voluntad declarada del paciente”.
Al igual que Bolsonaro, el presidente estadounidense Donald Trump defiende la utilización del fármaco y reveló que toma cada día de manera preventiva un comprimido de hidroxicloroquina.
El nuevo coronavirus ha matado a 320 mil personas en todo el mundo, ha afectado a casi cinco millones de personas y sigue expandiéndose. La Organización Mundial de la Salud anunció este miércoles que se había registrado el mayor número de casos de covid-19 en un solo día, en particular en Estados Unidos, Brasil, Rusia, Arabia Saudí, India, Perú y Catar.
En 24 horas, Brasil registró 1.179 muertes por coronavirus, la peor cifra diaria desde el comienzo de la pandemia, que ha dejado hasta ahora 17.971 fallecidos en el país y más de 271.000 contagiados, según las cifras oficiales.
Brasil, donde viven 210 millones de personas, es el país más afectado de la región y el tercero más castigado del mundo en número de contagios después de Estados Unidos y Rusia. Sin embargo, la realidad podría ser mucho peor, ya que los expertos señalan que los números reales podrían ser hasta 15 veces superiores debido la escasez de test de diagnóstico.
El pico de la pandemia está previsto para inicios de junio en el país, que ya registra más de la mitad de los más de 30.000 muertos en América Latina y el Caribe.
Sao Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil, es el epicentro de la enfermedad, con 65.995 casos y 5.147 muertos. Le sigue Río de Janeiro, con 3.079 decesos y 27.805 contagios.
En estados del norte y el noreste, como Ceará, Amazonas y Pernambuco, la propagación de la enfermedad provoca situaciones dramáticas y asfixia los sistemas de salud.
Pese a esta situación, el presidente Jair Bolsonaro y sigue oponiéndose a las medidas de cuarentena y aislamiento social implementadas en varios estados y ciudades del país.
En pocas semanas, dos ministros de Salud han dejado el cargo por diferencias sobre la gestión de la pandemia con Bolsonaro. En este momento, el ministerio de Salud está dirigido por el general Eduardo Pazuello.
Bolsonaro, que demerita al virus como una “gripecita”, considera que una paralización de la economía de Brasil podría causar un daño mayor que la propia epidemia.
Fuente: AFP