El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, relevó el martes a la cúpula de las Fuerzas Armadas, un día después de destituir al titular de Defensa en el marco de una amplia reforma ministerial decidida bajo críticas por su caótica gestión de la pandemia de coronavirus.
La sustitución del general Edson Pujol (Ejército), del almirante Ilqes Barbosa (Marina) y del brigadier Antonio Carlos Bermudes (Aeronáutica) fue decidida en una reunión en Brasilia “con la presencia del Ministerio de Defensa, Braga Netto, y el exministro, Fernando Azevedo e Silva”, anunció la cartera en un comunicado.
Después de que Azevedo fuera destituido el lunes, los jefes del Ejército, Edson Pujol, de la Armada, Ilques Barbosa, y de la Fuerza Aérea, Antônio Carlos Bermudez, celebraron una reunión en la que sopesaron la dimisión en bloque por sus diferencias con Bolsonaro.
La cúpula castrense está preocupada con los gestos autoritarios del presidente. Este busca forzar a las Fuerzas Armadas a que le apoyen con medidas de excepción en su batalla contra los gobernadores que están decretando confinamientos, cerrando el comercio, los colegios y las playas para reducir los contagios de coronavirus.
El Ministerio de la Defensa no informó de los motivos de la decisión, sin precedentes en la historia de Brasil, según los comentaristas.
Los analistas estiman que se debe al descontento de los tres comandantes con la destitución como ministro de Defensa del general Fernando Azevedo e Silva, reticente a los intentos de Bolsanaro, un excapitán del Ejército, de politizar las Fuerzas Armadas.
Azevedo e Silva dijo al anunciar su salida que durante su gestión logró preservar “las Fuerzas Armadas como instituciones de Estado”.
Los nombres de los nuevos comandantes aún no fueron anunciados.
Los cambios en Defensa son parte de la reforma anunciada el martes por Bolsonaro, que viene enfrentando una presión creciente por parte de sus aliados en el Congreso, en especial de los partidos conservadores agrupados en el ‘centrao’ (gran centro), que pedían cambios de rumbo en medio de su cuestionada gestión de una pandemia que ya mató a 313 mil personas.
Además, el mandatario ultraderechista está perdiendo popularidad en los sondeos, a medida que las condiciones económicas se agravan y la vacunación avanza más lentamente de lo esperado.
El plato fuerte la reforma fue la renuncia del canciller Ernesto Araújo, acusado de haber perjudicado la compra de vacunas contra el covid-19 por sus altercados con China y de su excesivo alineamiento con Washingon durante la gestión del expresidente Donald Trump.
Será reemplazado por Carlos Alberto Franco França, un diplomático de formación de 56 añnos, que fungía como funcionario de la asesoría especial de la Presidencia de la República.
A ello se sumaron los cambios de los titulares de Justicia, de la Abogacía General de la Unión (AGU) y de la Secretaría de la Presidencia.
“Los cambios responden a una doble lógica: primero porque [Bolsonaro] necesita dar espacio al ‘centrao’, y segundo porque se está preparando para la crisis política que podría venir y quiere estar rodeado de personas extremadamente leales, sobre todo en las Fuerzas Armadas”, dijo a la AFP el analista Oliver Stuenkel.
Fuente: AFP