Al aceptar la nominación como candidato demócrata la Casa Blanca, Joe Biden se proclamó como “aliado de la luz” y llamó al país a unirse para “superar esta temporada de oscuridad”.
Durante un tiempo, Joseph Robinette Biden Jr. se olvidó de su sueño de ser presidente de Estados Unidos . Lo había intentado ya dos veces, en 1988 y en 2008, y luego de ocho años al lado de Barack Obama en la Casa Blanca parecía listo para el retiro político. Pero Donald Trump y la pandemia de coronavirus cambiaron su destino. Biden aceptó anoche la nominación presidencial demócrata, y a los 77 años buscará cumplir con una ambición que persiguió casi toda su vida: sentarse detrás del escritorio en el Salón Oval de la Casa Blanca.
Al aceptar la nominación del Partido Demócrata, Biden brindó el discurso más importante de su vida, con un llamado al país a unirse para “superar esta temporada de oscuridad”.
“Aquí y ahora, les doy mi palabra. Si me confían la presidencia, recurriré a lo mejor de nosotros, no a lo peor. Seré un aliado de la luz, no de las tinieblas. Es hora de que nosotros, el pueblo, nos unamos”, dijo Biden, al abrir su mensaje. “Porque no se equivoquen. Unidos podemos, y lo haremos, superar esta temporada de oscuridad en Estados Unidos. Elegiremos la esperanza sobre el miedo, los hechos sobre la ficción, la justicia sobre el privilegio”, arengó.
Para Biden, la presidencia siempre estuvo entre sus ambiciones desde que ganó su banca en el Senado, con tan solo 29 años. Pero la oportunidad le llegó finalmente en el epílogo de su larga carrera política, tras unas primarias presidenciales que terminó por imponerse al elenco más amplio y diverso de candidatos de la historia con la promesa de vencer a Trump, y “restaurar el alma de la nación”.
Al igual que los oradores de la convención nacional demócrata que lo precedieron, Biden criticó sin sutilezas a Trump, a quien los demócratas se preocuparon por retratar durante toda la semana como una amenaza para la democracia. Pero Biden también buscó con su discurso cumplir con otros objetivos: terminar de unir al partido detrás de su candidatura, arengar a la gente a que salga a votarlo masivamente, y ofrecer una primera imagen sobre qué piensa hacer si triunfa en las elecciones del próximo 3 de noviembre, con un énfasis especial en la unidad.
“Si bien seré un candidato demócrata, seré un presidente estadounidense. Trabajaré tan duro por los que no me apoyaron como lo haré por los que sí lo hicieron”, prometió.
Más allá de su visión sobre el país, su campaña y los mensajes que se escucharon en la convención buscaron llevar la atención a su carácter, sus cualidades personales, y su experiencia política para mostrarlo como un potencial líder antagónico a Trump, capaz de sacar al país de las tres crisis en las que cayó este año: la pandemia del coronavirus, una de las peores recesiones de la historia, y el estallido social por el racismo. Biden agregó una más: la crisis del cambio climático.
El principal desafío que enfrentó Biden con su discurso -y que lo acompañará durante el resto de la campaña- fue terminar de seducir a los demócratas y convencerlos de que salgan a votar como nunca antes para desterrar a Trump de la Casa Blanca. Biden -quien fue presentado por sus hijos, Hunter y Ashley, y un video de un discurso de su hijo fallecido, Beau- cuenta ya con el respaldo del electorado de mayor edad, los afroamericanos y los republicanos moderados críticos de Trump -su campaña se ocupó de dejarlo en claro con el desfile de algunas figuras en la convención, como John Kasich y Colin Powell-, pero, tras más de 40 años en la política de Washington, tiene menos llegada con los jóvenes, un electorado clave, quienes además han volcado al partido hacia la izquierda. Biden convocó a un pelea de tintes épicos para seducir a todos los votantes.
“Este es nuestro momento de hacer rimar la esperanza y la historia. Con pasión y propósito, comencemos, ustedes y yo, juntos, una nación, bajo Dios, unidos en nuestro amor por Estados Unidos y unidos en nuestro amor mutuo. Porque el amor es más poderoso que el odio. La esperanza es más poderosa que el miedo. La luz es más poderosa que la oscuridad”, dijo sobre el final.
“Este es nuestro momento. Ésta es nuestra misión. Que la historia pueda decir que el final de este capítulo de la oscuridad estadounidense comenzó aquí esta noche cuando el amor, la esperanza y la luz se unieron en la batalla por el alma de la nación”, afirmó. “Y esta es una batalla que ganaremos, y lo haremos juntos. Les prometo”, cerró.
Fuente: La Nación