Durante años, las corrientes del Océano Atlántico han traído miles de piezas de plástico del juguete Lego hasta las playas de Cornualles, en el suroeste de Gran Bretaña. En la arena de Kenia no dejan de aparecer sandalias baratas tras agitarse sin cesar por las olas del Océano Índico. En Bangladesh, los pescadores se topan de pronto con cadáveres que llegan flotando a la bahía de Bengala.
Ahora, quizá, los océanos han traído algo más: partes del avión del vuelo 370 de Malaysia Airlines que desapareció hace 17 meses con 239 personas a bordo.
Los expertos creen que la aeronave se estrelló en el enorme mar del océano Indico, en algún lugar entre África y Australia.
Aunque parte de los escombros del aparato se hundieron, también se cree que una cantidad de ellos se ha sumado a los millones de toneladas de restos oceánicos que durante años andan a la deriva —desde piezas de Lego que cayeron accidentalmente de barcos cargueros hasta redes de pesca abandonadas y basura industrial— y que aparecen a miles de kilómetros (millas) de distancia del punto donde ingresaron en el mar.
Así que causó poca sorpresa entre los oceanógrafos que una parte del ala de un avión jet, que presuntamente correspondía al Boeing 777 desaparecido, apareciera hace dos semanas en el litoral de la isla francesa de Reunión, frente a las costas de África.
“El océano no es una bañera, está en movimiento constante”, dijo el oceanógrafo Erik van Sebille, del Instituto Grantham en la Universidad Imperial de Londres, que ha investigado durante años los restos arrastrados por las corrientes.
“En la superficie esta máquina agitadora gigante mueve cosas desde el punto A al punto B”, afirmó. “Y conecta todas las zonas del globo”, apuntó.
A menudo, la agitadora gigante también funciona en formas predecibles, y sus corrientes y vientos también se mueven en direcciones y velocidades predecibles.
Investigadores malasios fueron enviados esta semana a las Maldivas, la nación formada por un archipiélago en el sur de Asia, para examinar los restos que arrojó el mar recientemente.
Sin embargo, el viernes, el país manifestó su pesimismo de que esa pieza correspondiera al avión perdido.
El ministro de Transporte, Liow Tiong Lai, dijo que la mayoría de los objetos examinados en las Maldivas “no corresponden al (vuelo) MH370 ni son materiales provenientes del avión”. No precisó si quedó descartado que todos los restos fueran de la aeronave.
El oceanógrafo Charitha Pattiaratchi, de la Universidad de Australia Occidental, utilizó el año pasado modelos de computadora para pronosticar que los restos del vuelo 370 podrían haber terminado en estas fechas en alguna parte cerca de Reunión o cerca de Madagascar.
Sin embargo, dijo que si la parte del ala encontrada en Reunión resultara ser del vuelo 370 —porque los investigadores franceses continúan examinándola aunque las autoridades malasias han dicho que no pertenece al avión perdido— entonces duda que los restos encontrados en Maldivas provengan de ese aparato.
Debido a que las Maldivas se ubican al norte del ecuador y la isla Reunión está al sur, encontrar restos en ambos puntos es altamente improbable, afirmó. Debido a las corrientes oceánicas y los vientos es extremadamente difícil que objetos flotantes crucen el ecuador.
Además, según Pattiaratchi, sería muy difícil que resto alguno del vuelo 370 terminara en las Maldivas en estas fechas.
Para que llegaran ahí, los restos habrían tenido que flotar al oeste desde la actual zona de búsqueda frente a Australia y hacia África, después virar al norte y desplazarse por la costa africana, pasar por Somalia y alcanzar el mar Arábigo, antes de virar al sur al este hacia las Maldivas.
Esa sería una gigantesca travesía recorrida en sólo 17 meses. Los restos encontrados en Reunión, en contraste, se habrían desplazado en un arco relativamente sencillo, en sentido contrario a las manecillas del reloj.
“Si pertenece al MH370, entonces la explicación sería muy difícil. No totalmente imposible porque estábamos hablando de la naturaleza”, apuntó.
El vuelo 370 desapareció el 8 de marzo de 2014, cuando se dirigía de Kuala Lumpur a Beijing. Aunque las autoridades creen que se estrelló en el océano Índico sin que hubiera sobrevivientes, los escombros y las causas de lo ocurrido continúan como un misterio a pesar de la búsqueda encabezada por Australia que continúa y que ha abarcado una amplia zona.
Para encontrar algo específico entre las pilas de basura en el mar sería necesario un gran esfuerzo.
¿Cuánta basura hay en los océanos? Nadie lo sabe, aunque con seguridad la escala es enorme.
De acuerdo con un estudio difundido en 2015, en el mundo se vierten cada año 8,8 millones de toneladas de plástico en los océanos. El estudio, que encabeza la profesora de ingeniería ambiental de la Universidad de Georgia, advirtió que en una década, la basura de plástico acumulada en los océanos podría alcanzar 170 millones de toneladas.