Barajan iniciativas de mediación para el entuerto catalan

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Podemos, PNV, CC.OO, y UGT, PDECat y ERC piden una reunión de los dos gobiernos. Respuesta de Rajoy: “La Generalitat debe renunciar a la declaración de independencia”. La Comisión Independiente para el Diálogo comienza a trabajar en Barcelona

Una fuerte sensación de vértigo recorre toda la sociedad, perforando los entusiasmos militantes, las visiones revolucionarias, las indignaciones mayúsculas, los ardores patrióticos, los escepticismo crónicos y los pesimismos incurables, así en Catalunya como en el resto de España. La gravedad, la severidad y la contundencia del discurso del Rey –un discurso que no ha gustado a la mayoría de la sociedad catalana, que lo escuchó con mucha atención– han acentuado esa sensación de vértigo: el temor a que la escalada en curso acabe en catástrofe.

Del interior del vértigo surgen estos días estrategias y peticiones más o menos urgentes de mediación como la que ayer mismo sugirió en su discurso –leído en televisión a la misma hora que el del Rey– el presidente Carles Puigdemont. Vamos a repasar las iniciativas de mediación en curso.

La declaración de Zaragoza

Los partidos que el pasado 24 de septiembre se reunieron en Zaragoza para intentar consensuar una “tercera vía” ante el conflicto de Catalunya, se encontraron ayer en el Congreso de los Diputados para proponer una reunión entre el Gobierno de España, el Govern de la Generalitat y los partidos catalanes, para fijar una mediación, internacional o nacional, que permita reorientar la situación en los próximos días, antes de que el conflicto alcance un punto definitivo de ignición.

Participaron en el encuentro Podemos, Catalunya en Comú, PDECat, Esquerra Republicana, Partido Nacionalista Vasco, Izquierda Unida, En Marea, Compromís –los partidos de la España plurinacional– con la significativa adición de los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, que asistieron a la reunión después de haber sorteado algunas presiones del PSOE en sentido contario. La reunión, previamente concertada por Pablo Iglesias con Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Marta Pascal (coordinadora general del PDECat), duró más de cuatro horas. Diversos asistentes al encuentro advirtieron a los soberanistas catalanes de los enormes riesgos políticos que puede comportar para Catalunya una proclamación unilateral de independencia en el Parlament el próximo lunes.

Concluido el encuentro, Iglesias comunicó por teléfono al presidente Mariano Rajoy la propuesta de pactar una mediación. Rajoy, según fuentes de la Moncloa, respondió que no puede iniciar ningún tipo de negociación con quienes “pretenden un grave atropello a la Constitución”. Para el Gobierno no se puede hablar de nada sin una renuncia previa de la Generalitat a la declaración de independencia.

Dirigentes de Podemos sopesan la posibilidad de ofrecer un rol de mediación a una personalidad política hoy situada en segundo plano. Iglesias también ha mantenido contactos con la jerarquía católica. La iniciativa de la Declaración de Zaragoza no frena, sin embargo, el calendario soberanista. El Parlament de Catalunya ya ha fijado fecha para el debate de los resultados del referéndum: será el lunes lo que significa que el fin de semana puede ser de alta intensidad.

La Iglesia católica

La Iglesia católica también piensa en la mediación. El pasado martes, Mariano Rajoy recibió en el palacio de la Moncloa a los arzobispos de Barcelona y Madrid, cardenales Juan José Omella y Carlos Osoro. El encuentro tuvo lugar a iniciativa del presidente del Gobierno y no tenía como objetivo enfocar una mediación. Rajoy se quejó de la activa implicación de eclesiásticos catalanes en el activismo independentista –el manifiesto de 400 sacerdotes en favor de la independencia y las escenas de recuento de votos en algunas parroquias inquietaron a la Moncloa– y expresó también su malestar por la reciente declaración de la Conferencia Episcopal Española sobre la situación en Catalunya, documento que ha levantado muchas ampollas en la derecha española.

El arzobispo de Barcelona se reúne con ERC

La citada declaración de la comisión permanente del episcopado español –en cuya redacción intervino muy activamente el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella– pide al independentismo catalán que frene y evite decisiones “irreversibles”. La nota defiende la unidad de España y menciona “los derechos propios de los diferentes pueblos que conforman el Estado”, expresión que ha irritado notablemente a sectores de la derecha. Rajoy manifestó a los prelados su disgusto por la publicación de esa nota, cuatro días antes del 1 de octubre. No fue una reunión muy propicia para la mediación, pero ese empeño sigue presente en medios de la Iglesia católica. El cardenal Omella tiene línea directa con el Papa Francisco, que sigue muy atentamente los acontecimientos en España. La nota del episcopado fue supervisada por la Secretaría de Estado de la Santa Sede, que dirige el cardenal Pietro Parolin.

El cardenal Omella se entrevistó ayer con Oriol Junqueras. Los abades de Montserrat y Poblet emitieron también ayer una nota en la que condenan las cargas policiales y piden la apertura de un diálogo “sincero y pacífico”.

Los colegios profesionales

Diversos colegios profesionales de Barcelona están poniendo en marcha una iniciativa de mediación, orientada en estos momentos a evitar decisiones inmediatas que acaben de poner en peligro a la Generalitat y puedan desembocar en situaciones de alta tensión en las calles. La iniciativa parte de la decana del Col·legi d’Advocats de Barcelona, Maria Eugènia Gay, a raíz del editorial publicado el pasado lunes por La Vanguardia con el título Propuestas para salir del drama, La iniciativa de los abogados cuenta en estos momentos con la adhesión del Col·legi d’Economistes, la Universitat de Barcelona, la Universitat Autònoma de Barcelona, la patronal Pimec, la Cambra de Comerç, los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, la Asociación para las Naciones Unidas en España y el Consell de l’Advocacia Catalana. Estas entidades han acordado constituir la Comisión Independiente para el Diálogo, la Mediación y la Conciliación, cuya primera reunión tuvo lugar ayer.

La comisión, que recibirá nuevas adhesiones en los próximos días, enviará al Gobierno de España y al Govern de la Generalitat sus primeras propuestas: evitar medidas inmediatas que alteren el ordinario funcionamiento de la autonomía (es decir, suspensión de una declaración unilateral de independencia) y paulatina retirada de las fuerzas policiales enviadas las últimas semanas a Catalunya. El objetivo sería el de favorecer un gradual entendimiento entre los dos gobiernos, para disminuir la carga trágica de la actual situación. El citado editorial de

Otras entidades catalanas se estan pronunciando estos días. El Cercle d’Economia de Barcelona condenó ayer las cargas policiales del pasado domingo, mostró su total rechazo a una DUI (declaración unilateral de independencia), y abogó por la apertura de vías de diálogo.

El PNV tiende la mano

Además de participar en la reunión de los partidos de la Declaración de Zaragoza, el PNV también se mueve. El lehendakari vasco Iñigo Urkullu se ofreció ayer al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker para una labor de mediación, si el Ejecutivo de la Unión Europea lo estima oportuno. Con este mensaje, los nacionalistas vascos reafirman ante Bruselas un mensaje estratégico: el País Vasco quiere ser en estos momentos un factor de estabilidad en España.

La Comisión Europea, sin embargo, no quiere impulsar una mediación sobre Catalunya. Tras reprochar el pasado lunes al Gobierno español el uso de la violencia para reprimir el referéndum del 1 de octubre, el colegio de comisarios europeos ha vuelto a colocarse fuera del debate. La cuestión de Catalunya sigue siendo un “asunto interno” español para la Unión Europea. Y esa fue precisamente una de las claves del discurso del Rey el martes por la noche: evitar la intromisión exterior y enmarcarla la crisis en la defensa del Estado de Derecho.

Los filósofos y el Síndic

Las iniciativas pacificadoras florecen. Una treintena de filósofos, entre los que figuran independentistas y no independentistas, han firmado un llamamiento al diálogo reclamando una reconducción de la “peligrosa escalada de acciones y emociones que vive la sociedad catalana”. La propuesta es coincidente con otra iniciativa del Síndic de Greuges, el veterano exmilitante del PSUC, Rafael Ribó, que parece ­haber sabido interpretar rápidamente la reorientación del viento en Catalunya. Ribó se ofrece para proponer una mediación internacional. Ideas no faltan.

Fuente: La Vanguardia

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