El banco Banamex USA y Citigroup, su empresa madre, que durante años procesaron las transferencias de miles de millones de dólares de remesas desde Estados Unidos hacia México sin ejercer control sobre la procedencia de los fondos, prefirió pagar una multa de 97.4 millones de dólares a la justicia estadunidense para evitar que su caso se presente ante los tribunales.
Esta multa se suma a los 140 millones de dólares que la empresa pagó a la justicia estadunidense el 22 de julio de 2015, a raíz de una orden conjunta extendida y a una serie de sanciones pronunciadas contra varios ejecutivos del banco.
Banamex USA reconoció que entre 2007 y 2012, si bien identificó más de 18 mil transacciones “potencialmente sospechosas” –por un monto de más de 142 millones de dólares– realizadas a través de empresas de envío de dinero, abrió apenas nueve investigaciones que cubrieron 700 transferencias por 341 mil dólares.
El banco también admitió que sus controles eran insuficientes: apenas dos personas revisaban, a tiempo completo, los cumplimientos de la empresa con la Ley de Secrecía Bancaria, aun cuando el banco procesó más de 30 millones de transferencias durante este lapso, por un valor total de más de ocho mil 800 millones de dólares.
Además de la multa, Banamex USA y Citigroup firmaron un acuerdo con las autoridades estadunidenses, en el que se comprometió a “colaborar plenamente” durante el próximo año en investigaciones relacionadas con violaciones a la Ley del Secreto Bancario y lavado de dinero.
Y no sólo esto: aceptaron que la Oficina de Control sobre Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) confisque “ciertos fondos detenidos por la empresa”. El acuerdo plantea, entre otros, que ningún empleado ni representante de la empresa podrá negar o contradecir la “Declaración de hechos” que firmaron la empresa y las autoridades.
Según este documento, que convalidó Banamex USA, entre 2007 y 2012 la empresa no activó sus protocolos de vigilancia cuando el monto de las remesas rebasó los mil 500 dólares –pese que durante este lapso, el monto promedio de las remesas se elevó a 300 dólares–, ni cuando un solo individuo recibió transferencias de personas sin relación aparente, provenientes de distintas zonas en Estados Unidos.
Banamex tenía acceso a la información sobre el remitente, el receptor y el monto de cada remesa que fluía a través de sus servicios.
“Algunos ejecutivos y empleados de la empresa estaban enterados que Banamex USA participaba en una línea de negocios con un alto riesgo de lavado de dinero, sabían que la empresa necesitaba mejorar sus programas de cumplimiento con las normas de la Ley de Secrecía Bancaria para monitorear y reportar transacciones sospechosas que pudieran indicar lavado de dinero u otras actividades ilegales, sin embargo, fallaron en implementar estas mejoras”, establece el documento.
Entre 1998 y 2001, Banamex USA –cuyo domicilio se encuentra en Los Ángeles– fue la filial de Banamex en Estados Unidos, hasta que Citigroup compró el grupo en 2001. A lo largo de los años, Banamex USA tejió una red de alianzas con empresas de envío de dinero –entre ellas Western Union–, gracias a la cual se convirtió en uno de los principales agentes de transferencia de remesas a México.
En sus alianzas con las casas de envío de dinero, Banamex USA provee la estructura tecnológica para la transferencia de datos, realiza el cambio de moneda, lleva a cabo campañas de publicidad y extiende la red de servicios de recepción de dinero en México.
Fuente: Apro