El priista hereda a El Bronco 61 una deuda de mil millones de pesos
Rodrigo Medina de la Cruz deja este domingo la gubernatura de Nuevo León en medio de señalamientos de corrupción por contratos de proyectos públicos y compra de propiedades durante su administración, sin dejar de soslayar su mala administración de las finanzas que ha dejado a la entidad inmersa en una deuda de 61 mil 179.6 millones de pesos, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El cúmulo de errores de Medina de la Cruz llevaron a su partido, el Revolucionario Institucional (PRI) a perder la gubernatura en el estado norteño, dejando el poder en manos de un candidato independiente: Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.
De acuerdo con especialistas en política consultados por SinEmbargo, la mala administración de la mayoría de las nueve gubernaturas por las que se votó el pasado 7 de junio, modificaron el mapa electoral del país debido a que los mandatarios salientes no supieron mantener la hegemonía de sus partidos en sus entidades y los ciudadanos echaron mano de la mecánica de la democracia para castigar el mal ejercicio de la función pública.
“El caso de Nuevo León es paradigmático porque el candidato triunfador, si bien tiene antecedentes partidistas, compite fuera de los partidos tradicionales, Nuevo León era un partido bipartidista y la ventaja con la que Jaime Rodríguez Calderón ‘El Bronco’ ganó la elección tiene que ver con ese desencanto”, explicó en una entrevista para este medio digital Roberto Gutiérrez López, investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Azcapotzalco.
El de Rodrigo Medina es el segundo sexenio que el tricolor gobierna Nuevo León, después de haber arrebatado el estado al Partido Acción Nacional (PAN).
Los especialistas entrevistados por SinEmbargo expusieron que en estas elecciones el poder de la ciudadanía sirvió tanto de premio como de castigo. “Me parece que el poder del voto sirvió tanto para recompensar como para castigar a los gobernantes, por ejemplo en los casos de Guerrero, Michoacán, Sonora y Nuevo León”, detalló Horacio Vives Segl, académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
CASOS DE CORRUPCIÓN
Uno de los escándalos de corrupción por el que Medina es señalado involucra a su familia, la cual trianguló recursos, producto de las presuntas extorsiones a proveedores de la administración estatal mediante dos empresas inscritas en las Islas Caimán, así lo denunció Aldo Fasci, ex Subprocurador de Ministerios Públicos en el sexenio de Natividad González Parás.
Aldo Fasci, ex militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), dijo al diario El Norte, que al menos dos de las 12 empresas inmobiliarias vinculadas a los Medina son usadas por éstos como pantalla en Estados Unidos. Detalló que se trata de Mesa Investments y Northlake Holdings que registraron filiales en las Islas Caimán.
De acuerdo con el reporte, registros oficiales del territorio caribeño señalan que la primera empresa fue inscrita el 13 de noviembre del 2007, bajo el folio número 198967, y la segunda el 3 de diciembre del 2013 con el folio 283206. Ambas están activas.
Fasci explicó que a través de las compañías en las Islas Caimán y de sus operaciones como desarrolladores inmobiliarios en San Antonio los Medina lavan los recursos producto de las presuntas extorsiones a proveedores de la administración estatal.
A principios de mayo, se dio a conocer en diversos medios nacionales que Rodrigo Medina adquirió una propiedad con un valor de 13 millones 300 mil pesos en el exclusivo sector de Hacienda Las Misiones, en el municipio de Santiago, Nuevo León.
El hecho de comprar una casa no sería relevante, a no ser porque el ingreso total de Medina de la Cruz durante su gestión como Gobernador es de poco más de 8 millones de pesos, ya con la inflación.
A pesar de que Rodrigo Medina aclaró que pudo comprar la nueva vivienda con los ahorros de hace 10 años y el dinero que recibió por la venta de su anterior domicilio, el tema generó el descontento de diversos sectores de la sociedad, y es que a principios de mes de mayo el Partido Acción Nacional (PAN) acusó a Humberto Medina Ainslie, padre del mandatario estatal de enriquecimiento ilícito.
De acuerdo con el PAN Nuevo León, el padre de Rodrigo Medina es dueño de siete propiedades en el municipio de San Pedro, con un valor aproximado de 300 millones de pesos, las cuales presuntamente adquirió durante la administración de su hijo.
La administración de Medina de la Cruz no sólo es señalada por la oposición, también activistas y organizaciones coinciden que el tema de la corrupción fue una de las constantes de su gestión.
En marzo de 2012, los organismos como el Issteletón y el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado (CECyTE) se vieron envueltos en escándalos de corrupción. El primero, anunció un quebranto por 288 millones de pesos. En el caso del CECyTE, se recibieron varias denuncias por retención de pagos y prestaciones a los trabajadores, además de compras millonarias a empresas fantasmas.
Otro escándalo de corrupción ocurrió en junio de 2012. Para la campaña presidencial de ese año, Rodrigo Medina envió a personal de la Secretaría de Salud estatal para encabezar brigadas en el Estado de México, mismas que fueron parte de la campaña del candidato priista Enrique Peña Nieto, ahora Presidente de la República.
Días después se difundió una nómina oculta en la Secretaría de Gobierno de Nuevo León con la que se le pagó a los promotores de Peña Nieto.
En julio de 2012, una semana después de la elección presidencial, una auditoría de la Contraloría estatal al Instituto de Control Vehicular reveló la desaparición de 175 mil 508 placas, cuyo valor fue calculado en 33 millones de pesos.
La investigación arrojó que las placas fueron utilizadas para legalizar autos robados, pero no se encontraron las licencias con los números correspondientes, dos semanas después el caso se dio por concluido al asegurar que las placas fueron trituradas.
Para mayo de 2014, medios locales difundieron documentos que implicaron a Rodrigo Medina en una estructura política de programas públicos para beneficiar al titular de la Secretaría de Desarrollo Social del estado, Federico Vargas Rodríguez, a quien Medina quería colocar como candidato del PRI a la gubernatura del estado.
UN NUEVO LEÓN ENDEUDADO
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la deuda pública que Rodrigo Medina recibió el 4 de octubre de 2009 por parte de su antecesor, el también priista José Natividad González Parás, fue de 27 mil 70 millones.
Desde ese año, la deuda del estado se incrementó considerablemente. En 2012, año de elección federal, la cifra dio su primer gran salto, al pasar de los 27 mil millones a los 46 mil 952 millones 900 mil pesos, casi el doble.
La deuda para 2014, de acuerdo con la última cifra registrada en la dependencia federal, es de 61 mil 179 millones 600 mil pesos; es decir, más de la mitad que la de 2009. Estos datos sitúan a Nuevo León como la segunda entidad más endeudada del país, tan sólo por debajo del Distrito Federal y superando a estados como Chihuahua, Veracruz y Coahuila, que se han visto envueltos en casos de enriquecimiento y desvío de recursos.
De acuerdo con el análisis sobre Endeudamiento de las Entidades Federativas 2004–2014 que realizó el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), la deuda de Nuevo León es más grande que todos los ingresos que cada entidad obtuvo el año pasado.
En términos prácticos, la deuda en Nuevo León implica el 102 por ciento de sus ingresos; es decir, sus habitantes deberán 12 mil 180 pesos de deuda pública durante los próximos 17 años, en caso de que sus gobernantes no se endeuden más.
LA PEOR CRISIS DE INSEGURIDAD
Al Gobierno de Medina de la Cruz le tocó afrontar la guerra contra el narcotráfico, lanzada en 2006 por el entonces Presidente Felipe Calderón Hinojosa. De acuerdo con datos de la Procuraduría General de la República (PGR) fueron dos los municipios que registraron los índices más altos de muertes a nivel nacional: Monterrey, la capital del estado neoleonés, con 399 muertos en promedio por año, y el municipio de Guadalupe, con 131 muertos.
La inseguridad, sin embargo, no sólo se desató por la estrategia calderonista sino, como denunciaron grupos civiles, por la inacción del gobierno estatal, la corrupción de su policía y la de los ayuntamientos, y el desdén con el que el Gobernador priista trató el tema especialmente en los primeros años de su administración, mismos que coincidieron con la peor crisis de violencia en la entidad.
De acuerdo con los analistas existen dos problemas para los gobernadores salientes que dejan el poder en manos de un nuevo partido político o como en el caso de Nuevo León en un candidato independiente: su futuro político y las cuentas pendientes que heredan a sus sucesores.
Jaime Rodríguez Calderón se ha pronunciado por investigar al mandatario saliente y en caso de estar involucrado en algún acto indebido, dijo “será procesado conforme a la ley”.