Un nuevo estudio concluye que el planeta Kepler 186f es mucho más parecido al nuestro de lo que se pensaba.
Científicos del Instituto de Tecnología de Georgia (EE.UU.) han encontrado nuevas evidencias que apuntan a que un exoplaneta ya descubierto podría albergar vida, según se desprende del nuevo estudio, cuyos resultados recoge Georgia Tech.
Localizado en 2014, el Kepler 186f es el primer planeta de tamaño similar a la Tierra que fue descubierto en la zona habitable de una estrella.
Según han podido establecer los científicos con ayuda de simulaciones, este cuerpo celeste tiene la misma inclinación axial estable que la Tierra, lo que apunta a un eventual cambio regular de las estaciones y a la estabilidad de las condiciones climáticas en dicho planeta, factor clave para surgimiento y mantenimiento de la vida.
El estudio precisa que la inclinación axial, tanto de la Tierra como del Kepler 186f, es de unos 23 grados. De esta forma, ahora los científicos tienen más evidencias de una presencia de vida en este planeta.
En 2014 los astrónomos descubrieron que el Kepler 186f se encuentra en la zona habitable de su estrella, es decir, a una distancia de su sol le permite tener una temperatura moderada necesaria para la existencia de agua en forma líquida en su superficie.