Un vehículo tripulado por cuatro hombres embistió ayer al periodista Alejandro Guerrero, del periódico El Sur, en el estacionamiento de la plaza comercial Tamarindos, ubicada en la ciudad de Iguala.
En otro hecho, escoltas del gobernador, Héctor Astudillo Flores, agredieron a la reportera indígena nahua Antonia Ramírez, para impedir que realizara una cobertura periodística de un acto oficial registrado el domingo pasado en el municipio de Copanatoyac, región de la Montaña.
La escalada de agresiones contra comunicadores ocurridas esta semana en diferentes puntos de la entidad, se registra en un contexto de impunidad, violencia extrema y corrupción gubernamental.
En los últimos cinco años, Proceso ha documentado que en Guerrero existen zonas silenciadas donde no existen garantías de libre tránsito y libertad de expresión, ante la colusión entre el gobierno y la delincuencia, que ejerce la violencia y la corrupción como mecanismo de censura, principalmente en regiones como Acapulco, Centro, Costa Grande, zona Norte y Tierra Caliente.
El periódico El Sur informó en su edición de este viernes que ayer cerca de las 16:00 horas su corresponsal en la zona norte fue atropellado en plena zona urbana de Iguala y frente a decenas de testigos.
El reportero, quien ha documentado ampliamente el caso Ayotzinapa y las redes de complicidades entre autoridades de los tres niveles y el Ejército con el narco en la zona norte, abordaba su motocicleta para retirarse del estacionamiento de la plaza comercial Tamarindos, propiedad de José Luis Abarca Velázquez, el exalcalde perredista vinculado al narco y que se encuentra preso tras la masacre y desaparición de los 43 normalistas el 26 de septiembre de 2014.
Enseguida, el comunicador fue impactado de frente por un auto gris de la marca española Seat, modelo Ibiza, que apareció de forma intempestiva y de la misma forma huyó de la escena dejando al reportero tendido sobre el pavimento con lesiones severas en la cabeza y el cuerpo.
El corresponsal de El Sur presenta una lesión delicada en la clavícula, así como una lesión craneal que lo mantiene convaleciendo en una clínica del Seguro Social y su estado de salud se reporta como estable, informaron familiares de la víctima, quienes denunciaron negligencia y atención médica deficiente.
Testigos refieren que en el auto agresor viajaban cuatro hombres, quienes no se detuvieron para auxiliar al periodista embestido y calificaron la acción como inusual porque en el estacionamiento de la plaza comercial no es común que los conductores circulen a exceso de velocidad.
La familia exigió a las autoridades ministeriales que investiguen el caso para determinar si fue una acción premeditada contra el comunicador o se trató de un accidente.
Por su parte, el gobierno de Héctor Astudillo Flores emitió un comunicado donde el vocero de seguridad, Roberto Álvarez Heredia afirmó que el reportero había sido atropellado afuera del estacionamiento del centro comercial, sobre el extremo oriente del periférico igualteco y frente a las instalaciones del cuartel del 27 batallón de Infantería.
Ello a pesar de que evidencias gráficas y el levantamiento que hicieron socorristas de la Cruz Roja, confirman que el hecho se registró en el estacionamiento de la plaza comercial.
El otro caso de agresión contra periodistas, es el de la corresponsal de El Sur en la región de la Montaña, Antonia Ramírez, quien denunció públicamente que el domingo 20, fue agredida y humillada por escoltas del gobernador Astudillo durante una visita que hizo el Ejecutivo en el municipio de Copanatoyac.
La reportera refirió que los guardias la acusaron de estar alcoholizada y la jalaron de su equipo fotográfico para impedir que se acercara a entrevistar al mandatario.
En respuesta, reporteros y activistas marcharon ayer en la ciudad de Tlapa, el corazón de la Montaña donde exigieron garantías para desempeñar la actividad periodística durante los actos oficiales del Ejecutivo y demandaron a las autoridades respeto y trato igualitario para reporteros indígenas y mestizos.
Fuente: Apro