Insurgentes derribaron el domingo un helicóptero en la ciudad de Tikrit, en el norte de Irak, mientras el Ejército enviaba tanques para tratar de recuperar la ciudad capturada por los militantes suníes en el segundo día de una gran ofensiva.
En Bagdad, amenazada por el avance rebelde, los principales legisladores chiíes, suníes y kurdos trataban de llegar a un acuerdo para el nombramiento de un Gobierno antes de que se reúna el Parlamento el martes, para así prevenir que el avance rebelde amenace la unidad de Irak como Estado.
Los políticos trabajan contrarreloj porque los insurgentes, encabezados por el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL, por sus siglas en inglés), una escisión de Al Qaeda que aborrece al primer ministro chií Nuri al-Maliki, están consolidando su control de zonas del norte y oeste del país.
El futuro político de Maliki es el asunto más conflictivo de la agenda.
Tropas respaldadas por fuego de helicópteros iniciaron el sábado el asalto a Tikrit, la cuna del fallecido ex presidente Saddam Hussein, para tratar de recuperarla de manos de los insurgentes que ya están a corta distancia de Bagdad.
El Ejército envió tanques y helicópteros a combatir a los militantes de ISIL cerca de la Universidad de Tikrit en el norte de la ciudad, dijeron fuentes de seguridad. Dos testigos dijeron que vieron como un helicóptero militar caía derribado por disparos cerca de un mercado.
El portavoz del Ejército, Qassim Atta, dijo a periodistas en Bagdad que las fuerzas de seguridad habían matado a 142 “terroristas” en las últimas 24 horas, 70 de ellos en Tikrit. Además, dijo que las fuerzas armadas consiguieron el control de la universidad de la ciudad.
No se pudieron verificar ambas afirmaciones.
La ofensiva es el primer gran intento del Ejército de recuperar territorio y sigue al envío de 300 asesores militares de Estados Unidos, principalmente fuerzas especiales, y de drones para ayudar al Gobierno.
El domingo en la mañana también hubo enfrentamientos esporádicos entre militantes y fuerzas de Gobierno en la ciudad de Jurf al-Sakhar, a 83 kilómetros al sur de Bagdad.
El Gobierno local y jefes de seguridad pidieron refuerzos a Bagdad para enfrentar lo que calculaban era una fuerza de varios cientos de militantes de ISIL, según fuentes policiales y el gobernador provincial.
ISIL, que fue repudiado por Al Qaeda este año, quiere crear un califato medieval borrando fronteras entre el mediterráneo y el Golfo y considera que los chiíes son herejes que merecen la muerte.