Auge de bodas mayas en paraísos de Quintana Roo

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El auge de la celebración de bodas temáticas en el corredor turístico Cancún-Tulum, tiene su mayor expresión en los enlaces o rituales mayas porque son los que se realizan con más frecuencia, desde públicas frente al mar o muy privadas, en un cenote.

Aunque hay quienes se hacen pasar como chamanes que pueden quitarle seriedad, y por carecer de conocimientos en el tema, afectan las tradiciones porque dejan una imagen ajena a la realidad, advirtió la presidenta de la Asociación Civil Consejo de los Pueblos Mayas, Mary Cobá.

Refirió que las bodas en playas paradisíacas, con bellos escenarios naturales y servicios turísticos todo incluido de gran lujo mantienen una tendencia a la alza y las ceremonias con temática maya no son la excepción, pues incluso al mes se realizan por lo menos dos.

Expuso que en los años recientes se nota un incremento en la celebración de bodas y rituales mayas que antes la gente no pedía.

“Nos llegan a pedir bodas, pero hay otros grupos que realizan este tipo de unión, personas que ni siquiera son de la región, que ni siquiera son gente maya también encabezan ceremonias mayas”, lamentó.

Puntualizó que la persona que encabeza la ceremonia no cobra, su remuneración se incluye en la organización de la boda, por la compra de los materiales, la participación de danzantes e incluso por si los clientes llegan a pedir alimentos.

“La persona que lleva la boda no cobra, pero tiene que recibir algo a cambio. Nosotros nos hemos preparado para hacer este tipo de actividades, no sólo es decir de la noche a la mañana hoy voy a una boda”, indicó.

En entrevista con Notimex anotó que aunque son habitantes mayas también se necesita una preparación para encabezar una ceremonia de ese tipo, al igual que las personas que se encargan de escribir gramática maya o traducir o interpretar el calendario maya.

“Todo eso implica una preparación, así como un doctor para hacer su trabajo, un maestro en pedagogía para enseñar a los niños, nosotros nos preparamos para hacer una práctica, un ritual”, abundó.

Por eso, continuó, la persona debe contar con conocimientos sobre esa tradición que se ha ido transmitiendo de generación en generación.

Añadió que después de 15 años de trabajo, la Fundación en la que participa ya tiene varios jóvenes con quienes comparten esa transmisión de conocimiento, que incluso hay un niño de 14 años que aprende y tiene un buen avance para encabezar ceremonias.

“Podemos mantener viva una tradición y si estamos en condiciones de compartirla con otras personas, pues qué mejor”, afirmó.

Precisó que la labor del “Consejo de los Pueblos Mayas” tiene que ver con preservar las costumbres mayas y las tradiciones de las comunidades y entre ellas las ceremonias, lo que es la práctica espiritual de las personas.

Todo ese conocimiento se transmite de los abuelos, quienes lo muestran tal y como se los enseñaron a ellos, para que lo enseñen y se practique tal y como lo hacían ellos, dijo.

En el grupo hay gente que practica la ceremonia “con música y danza. La espiritualidad, la medicina tradicional, la herbolaria, todas las tradiciones y las bodas son las que más se solicitan últimamente”, agregó.

Reportó que son más los extranjeros que solicitan ese tipo de ceremonias, de unión matrimonial al estilo de la tradición maya.

Insistió en que por ser una tradición tan importante para los mayas, “las personas que realizan las ceremonias necesitan el conocimiento de lo que implica, de ahí que se trate de un abuelo o abuela con la preparación sobre todo espiritual, porque así lo establece la propia práctica ancestral”.

“La boda no tiene fines legales, sino que es una creencia en la cual la pareja se compromete y que el abuelo que realiza la ceremonia, sólo se convierte en el vínculo, el instrumento para reunir los elementos necesarios y las personas se comprometen bajo su mismo criterio”, aclaró.

Mencionó que tratan de hacer lo más cercano a la tradición, a lo que se acostumbra en la Península de Yucatán. Son los oriundos de Canadá, Estados Unidos y Europa quienes solicitan el ritual, aunque también últimamente de México y de la Península de Yucatán aprovechan las playas para casarse.

Añadió que también le ha tocado ir al norte y occidente del país, a ciudades como Guadalajara y Monterrey, y en el centro, a Teotihuacán, a participar en ceremonias o rituales.

Las bodas regularmente se realizan en las playas de los hoteles, aunque hay otros clientes que quieren otro tipo de escenarios naturales como la selva quintanarroense o zonas arqueológicas, aunque eso implica un costo elevado por el trámite de los permisos ante las autoridades, comentó.

“Las playas se prestan, permiten ese escenario natural para llevar algo tradicional, es ideal. Como la gente que se viene casar es de diferentes lugares, quiere que sea frente al mar, aunque otros buscan algo más privado, exótico, espiritual como un cenote”, consideró.

La industria de las bodas en Cancún y la Riviera Maya contempla la celebración de alrededor de 30 mil ceremonias al año y la generación de 32 millones de dólares sólo por la organización de los rituales.

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