La mayoría de las víctimas son niños, según los testigos. Los hombres armados que han atacado los autobuses estaban ocultos en una colina
Al menos 28 personas han muerto y otras 23 han resultado heridas en un nuevo ataque de un grupo de hombres armados contra un autobús de cristianos coptosen un pueblo de la provincia rural de Minya, a unos 350 kilómetros al sur de El Cairo.
El grupo de feligreses viajaba en dos autobuses y una furgoneta cuando se ha producido el ataque. Así lo ha indicado la autoridad de ambulancias de la provincia, una zona con un gran número de fieles de la Iglesia Ortodoxa Copta, que profesa alrededor del 8% de los 92 millones de egipcios. El atentado se ha producido en la localidad de Al Adua, a unos 80 kilómetros al norte de Minya, la capital de la provincia.
Según los primeros testimonios citados por la prensa local, se trataría de una emboscada. Los hombres armados se hallaban ocultos en una colina cercana y, al percatarse de la llegada de los autobuses, han abierto fuego a los peregrinos. La caravana ha sido entonces blanco de un intenso tiroteo. Los heridos han sido trasladados a un hospital cercano. Los atacantes eran entre 8 y 10 hombres vestidos en uniformes militares.
Testigos han relatado a EL MUNDO que la mayoría de las víctimas son niños. El presidente egipcio Abdelfatah al Sisi ha convocado una reunión de urgencia de los responsables de seguridad. En un comunicado, Al Sisi ha dado orden de que se adopten todas las medidas necesarias para asistir a los heridos y arrestar a los asaltantes. Las fuerzas del orden rastrean la zona en busca de los responsables del baño de sangre.
En un comunicado, el ministerio del Interior ha detallado que “asaltantes desconocidos” a bordo de tres todoterrenos han comenzado a “disparar aleatoriamente” contra un microbus y dos coches. La zona ha sido acordonada mientras continua la búsqueda. El gran jeque de Al Azhar Ahmed el Tayeb ha condenado el atentado desde Berlín, donde se encuentra de viaje.
Tras la visita del Papa Bergoglio, a principios de este mes, la sucursal local del IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) llamó a incrementar los ataques contra la minoría cristiana egipcia aprovechando sus reuniones. De momento, el ataque de este viernes no ha sido reivindicado por ningún grupo.
Según las primeras informaciones, las víctimas se dirigían en el autobús hacia el monasterio de San Samuel, ubicado en la misma provincia. El convento se alza en las montañas de Qalamun en la zona en la que San Samuel, un santo copto célebre por haber padecido las torturas de los bizantinos y haber sido testigo de la invasión árabe de Egipto, dirigió a una comunidad de 120 monjes durante el siglo VII d.C.. El recinto -que alberga cinco iglesias y zonas ajardinadas– fue reconstruido el siglo pasado y es un lugar que los cristianos suelen visitar durante los días festivos..
Esta nueva matanza contra la comunidad cristiana en la provincia egipcia con mayor número de fieles -escenario, además, de esporádicos conflictos sectarios- se registra un mes después de la visita del Papa Francisco a El Cairo.
Durante su breve pero histórico periplo, el pontífice argentino abogó por el diálogo interreligioso con Al Azhar, la institución más prestigiosa del islam suní, y llamó a resistir a los coptos. “La sangre inocente de fieles indefensos -dijo- ha sido derramada cruelmente: su sangre inocente nos une”. “Cuantos martires en esta tierra, desde los primeros siglos del Cristianismo, han vivido la fe de manera heroica y hasta el final, prefiriendo derramar su sangre antes que renegar del Senor y ceder a las lisonjas del mal o a la tentacion de responder al mal con el mal”.
Hace apenas mes y medio después de un doble atentado contra sendas iglesias del norte del país. El pasado 9 de abril, coincidiendo con la celebración del domingo de Ramos, los ataques segaron 46 vidas e hirieron a 120 personas. Los atentados fueron reivindicados por la sucursal local del autodenominado Estado Islámico.
Ambos resultaron obra de sendos kamikazes que sembraron de dolor el inicio de la Semana Santa. El primer ataque se produjo en el interior de la Iglesia de San Jorge, en el centro de Tanta, una de las principales ciudades del delta del Nilo. El agresor saltó por los aires en plena misa cobrándose 28 vidas. Tres horas después del primer ataque, otro “kamikaze” dejó otros 18 muertos a las puertas de la iglesia de San Marcos, en un céntrico barrio de la mediterránea Alejandría.
Como respuesta a las arremetidas, el régimen egipcio encargó a las fuerzas armadas la tarea de ayudar a la policía en la protección de las instalaciones vitales de todo el país y decretó el Estado de emergencia por un periodo de tres meses.
La medida fue aprobada después por el consejo de ministros y el Parlamento. La ley de emergencia concede al presidente poderes amplios y excepcionales para establecer tribunales especiales; enviar civiles a la corte; interceptar comunicaciones, imponer la censura previa o decretar el toque de queda. La norma blinda, además, la actuación de las fuerzas armadas.
Fuente: ElMundo.es