Asombra arrecife de coral en el Golfo

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Un grupo de investigadores internacionales encabezado por el profesor alemán Dierk Hebbeln descubrió uno de los mayores arrecifes de coral de agua fría en el Golfo de México, según confimó el Centro de Investigaciones de la Marina de la Universidad de Bremen en su página web.

En una expedición con el equipo de investigación Maria S. Merian, el equipo de científicos internacionales realizó el descubrimiento con la ayuda de un vehículo submarino no tripulado, que se topó con las colinas de coral.

El arrecife se encuentra a una profundidad de entre 500 y 600 metros y está formado por colinas de coral de entre 40 y 50 metros de altura que ocupan una superficie superior a 40 kilómetros cuadrados, según el descubrimiento que publicó también en la edición actual de la revista “Biogeosciences”.

Ese tipo de coral que vive en aguas frías y profundas lleva décadas estudiándose en la investigación marina.

En expediciones se hallaron hasta ahora algunos de esos ecosistemas, situados a lo largo de la costa de Noruega, europea y norafricana hasta Mauritania y en diversas regiones del Mediterráneo, así como también en la otra orilla del Atlántico, ante Carolina del Norte o Bahamas.

En cuanto a la biodiversidad, estos sistemas de coral de aguas profundas albergan una vida comparable a la de sus semejantes que viven en aguas tropicales o subtropicales.

Pero en el Golfo de México estos hallazgos de corales de agua fría han sido muy escasos.

“A partir de investigaciones de sonares supimos sin embargo que de México partían estructuras coralinas montañosas que se asemejan mucho a las colinas de corales de agua fría de otras regiones”, contó el profesor Hebbeln en un comunicado.

Entonces, en la primavera (boreal) de 2012 se envió una expedición del barco “Maria S.Merian” para aportar conclusiones más exactas al respecto.

El 21 de marzo, el barco de investigación de 95 metros de eslora alcanzó el banco Campeche, a unas 140 millas marinas al norte de la península de Yucatán.

En los días siguientes los científicos estudiaron 180 kilómetros cuadrados de suelo marino con sonares especializados propios que llevaban a bordo.

Los científicos tomaron muestras del agua y del suelo y metieron en el agua al robot sumergible “Marum-Cherokee”, dotado con sistemas de cámaras y brazos manipuladores.

“Nos topamos con alargadas colinas de hasta 50 metros de altura”, contó la experta en corales Claudia Wienberg. Muchas de esas montañas de coral se extendían en una superficie de más de mil metros”, añadió.

“Las colonias de coral viviente colonizan especialmente las zonas superiores de las colinas”, contó la investigadora de Marum. “Allí descubrimos verdaderos matorrales de coral. Las capas colgantes estaban cubiertas en su mayoría de restos muertos de coral o sedimentos suaves”.

El equipo realizó grabaciones de video que prueban la biodiversidad y belleza de ese sistema de coral.
En los matorrales de corales vivientes en la superficie superior de la colina bullen gambas, erizos de mar, estrellas de mar, caracoles y crinoideos y por debajo de la cresta la imagen está dominada por esqueletos de coral muertos que suponen un biosistema perfecto para esponjas de cristal y anémonas marinas amarillas.

“El ecosistema coralino del banco Campeche en todas su extensión es comparable con los arrecifes de coral noruegos y se encuentra así entre los mayores del mundo”, dijo el profesor André Freiwald, del instituto de investigación Senckenberg am Meer, de Wilhelmshaven.

Los corales de agua fría se alimentan de plancton animal y vegetal, partículas diminutas de la que flotan en las capas superiores del agua y que después se hunden.

“El suministro en el sur del Golfo de México es perfecto, porque combina una alta producción de plancton en la superficie marina y fuertes corrientes en el suelo que transportan las partículas de alimentación que se hunden en dirección a las colinas de coral”, señaló Freiwald, quien participó en la expedición.

“Además a una profundidad de 520 metros de profundidad, es decir, donde viven los corales, hallamos diferencias de densidad del agua”, agregó.

“Esa frontera invisible entre las masas de agua ralentiza el hundimiento de las partículas alimenticias de las capas oceánicas superiores y mejora así la oportunidad de los corales de captarlas con sus tentáculos”, señaló.

No está claro desde cuándo las colinas coralinas colonizan el banco Campeche. Colinas similares halladas ante las costas de Irlanda crecieron hace más de dos millones de años y los de Noruega datan de finales de la última Edad de Hielo de hace 10 mil años.

“De la altura de las colinas concluir su edad sería demasiado especulativo”, señala Hebbeln, el autor principal del documento. “Para ello se necesitan más investigaciones”, agregó.

NotaAdemás de Hebbeln, los autores del texto son C. Wienberg, P. Wintersteller, A. Freiwald, M. Becker, L. Beuck, C. Dullo, G. P. Eberli, S. Glogowski, L. Matos, N. Forster, H. Reyes-Bonilla, M. Taviani, y el equipo científico del barco MSM 20-4.

Fuente: Notimex

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