Quienes crecimos en los años 70 y 80 lo pasábamos muy bien. No conocíamos electrónicos que no fueran una TV con canales muy limitados, o un tocadiscos donde sonaban canciones de amor seleccionadas por nuestros padres.
Mamá nos permitía pasar mucho tiempo en “la calle” bajo el sol jugando con los vecinos. Trepábamos árboles, y consumíamos las frutas sin lavarlas antes.
Al comparar nuestro estilo de vida en esa época con el de hoy, concluimos que sin duda crecimos en un ambiente tan divertido como peligroso.
He aquí una breve lista de algunos de los riesgosos eventos a los que estuvimos expuestos bajo la crianza de mamá. Seguro faltan más, por eso te pedimos que sumes las tuyas aquí.
1. Nos llenaban los biberones de jugo… y algunos hasta con refrescos de soda. Muy saludable.
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2. En nuestras cunas habían miles de sábanas, almohadas, muñecos y ositos de peluche, sin miedo al riesgo de muerte súbita.
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3. Si mamá estaba ocupada y era hora de darnos leche, nos acomodaban el biberón sobre una almohada para sostenerla.
4. Para muchos de nosotros los pañales eran de tela, y se ajustaban a los lados con broches de metal, que en ocasiones los bebés curiosos alcanzaban y se metían a la boca… y se los tragaban. (Historia real: me operaron a los 10 meses de edad para extraer uno de mi estómago).
5. Viajábamos en el auto sin cinturón de seguridad y sin asiento protector. Los brazos de nuestras madres nos protegían en caso de frenazos repentinos.
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6. No nos buscaban zapatos extra cómodos y blandos para cuando empezáramos a caminar. Nuestros zapatos eran rígidos, con suela duradera, y si eran botines, mejor.
7. Nos dejaban jugar horas bajo el sol sin preocuparse por los daños causados por los rayos ultravioletas. Ahora embarramos a nuestros niños como mimos con el bloqueador solar.
8. Podíamos jugar horas en el vecindario sin preocuparse porque nos fueran a secuestrar. Bastaba con decirnos “no hables con extraños”, si acaso.
9. Nos permitían mojarnos bajo la lluvia, y si no llovía, nos mojaban con la manguera.
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10. Montábamos bici sin rodilleras o cascos protectores. Y pasaban cosas de este tipo:
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11. Nuestras colitas de caballo eran tan apretadas que quedábamos con “ojos de chinito”.
12. Comer dulces no era pecado grave. De hecho, era lo que había en la mayoría de nuestras loncheras para la hora de la merienda: galletitas, papitas y jugos azucarados. ¿Zanahorias miniaturas, celery…? No, eso era comida de adultos.
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13. Nuestra tablet consistía en un papel con un lápiz, libros de colorear, sopas de letras y juegos de mesa.
14. En la TV no había canales específicos para niños. Veíamos las novelas en familia y nos tapábamos los ojos en las escenas románticas.
Vía imgarcade.com/.
15. Levantarse de la silla a la hora de la cena no era permitido hasta que no termináramos toda la comida en el plato.
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16. Todo se hacía en familia; no había escape. Desde ir a misa y a las competencias de juegos deportivos, hasta los eventos políticos.
17. Nuestros familiares fumaban adentro de las casas. La noción del peligro por el humo de segunda mano no existía.
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18. Cuando teníamos fiebre, muchos éramos sumergidos en una tina helada. Resultaba peor el remedio que la enfermedad. Sabemos lo que estás pensando… en tu casa todavía practican estos métodos.