“Imágenes captadas por las cámaras de seguridad del Penal Estatal de Jalisco, muestran que cuatro personas llegaron a ese centro penitenciario a esperar a Rafael Caro Quintero, la madrugada que puso fin a 28 años de encierro”, publica el diario Reforma.
“Según fuentes investigadoras, una de esas personas es su hijo Héctor Caro”, según la nota.
“El sinaloense, hoy ilocalizable para las autoridades, aparece a la hora de cruzar los torniquetes de salida con playera blanca tipo polo, saco oscuro, pantalón caqui y zapatos blancos”.
“El rostro de Caro Quintero es muy distinto al que se le veía en 2005, cuando fue captado en el penal de Puente Grande. Aquella ocasión, el traficante tenía una complexión regular, el cabello completamente cano, sin arrugas visibles”, señala Reforma.
“En la última foto oficial y en las imágenes de su salida, luce con el rostro más delgado, el cabello pintado de negro, el rostro más desgastado”, se agrega.