Hace medio año la Policía Federal inició un operativo para localizar y detener a los principales líderes del Cártel de Juárez. Hace tres meses ubicó en Nayarit a la cabeza de la organización, Alberto Carrillo Fuentes. Desde entonces estuvo vigilado las 24 horas. La cacería culminó con su detención, el pasado 31 de agosto, publica El Universal.
“Día a día, durante tres meses, agentes de inteligencia siguieron los pasos de Alberto Carrillo Fuentes. Elementos encubiertos de la Policía Federal (PF) registraron sus actividades diarias, lo seguían a la tienda, al cine y a todos los lugares a los que iba; le tomaban fotografías y videos, al tiempo que sus conversaciones eran monitoreadas, mientras esperaban el día preciso para arrestarlo”, de acuerdo al rotativo.
“El día llegó. El pasado 31 de agosto, una cacería de seis meses culminó con el arresto de Alberto, hermano menor del fundador del Cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes, el extinto Señor de los Cielos y de quien hoy es identificado como el máximo capo de esa organización criminal, Vicente Carrillo Fuentes”.
“Versiones extraoficiales sostienen que Vicente comenzó a delegar el mando de la banda, ahora denominada por ellos mismos como Nuevo Cártel de Juárez, a Alberto”, de acuerdo al texto del periodista Carlos Benavides.
“Hace seis meses -narra-, la Policía Federal inició una batida en contra de líderes y miembros del cártel y arrancó una operación de inteligencia en los estados de Chihuahua, Jalisco y Nayarit, para localizar y detener, entre otros, a Alberto Carrillo Fuentes, a quien las unidades de inteligencia ubicaron y siguieron día y noche durante los últimos tres meses”.
De acuerdo a El Universal, “después de varias detenciones de integrantes de esa organización criminal, la PF descubrió que Carrillo Fuentes, de 46 años, cambió su lugar de residencia e identidad. Las células de inteligencia detectaron que se mudó a Jalisco y que después de vivir ahí se mudó hace un par de meses a Nayarit”.
“Carrillo, según los seguimientos de los equipos de inteligencia, escogió una casa en un exclusivo fraccionamiento en Bahía de Banderas en la que vivía en compañía de su pareja, una mujer de 32 años, y adoptó el nombre de Armando Caballero Flores“, se agrega.
En Bahía de Banderas equipos de la Policía Federal establecieron un operativo permanente de monitoreo técnico, de vigilancia y seguimiento de las actividades cotidianas del capo.
Los reportes de la PF entregados a la Comisión Nacional de Seguridad daban cuenta de que, luego de las capturas de los miembros de su banda, Carrillo Fuentes había optado por mantener un bajo perfil y trataba de pasar por un habitante común y corriente del fraccionamiento.
Hábitos y rutinas
Según los reportes de la policía citados por El Universal, Alberto Carrillo, bajo el nombre de Armando Caballero, se movía solo, sin escoltas, vestido de manera casual y casi siempre a bordo de una cuatrimoto.
“Las células de inteligencia revelaron que salía de su domicilio para comprar diariamente el periódico y en ocasiones para comprar despensa e ir al cine”, según el diario.
“Los agentes que lo seguían también informaban que además de ir solo también estaba desarmado”, se explica.
“Con toda la información sobre sus hábitos, y conociendo sus rutinas, la Policía Federal comenzó a diseñar el operativo para arrestarlo. Dos eran los objetivos: evitar una detención violenta que pudiera poner en riesgo a la población civil, y esperar el momento en que incurriera en algún delito flagrante que pudiera dar elementos suficientes al Ministerio Público para presentar una acusación sólida, adicional a las investigaciones y pruebas que ya se tenían en su contra”, según El Universal.
Ese día, fue precisamente el sábado pasado. Las unidades de inteligencia detectaron que Carrillo Fuentes viajaba en un automóvil y que presumiblemente transportaba alguna cantidad de droga y decidieron que había llegado el momento de la detención.
El operativo para el arresto fue diseñado. Los agentes federales se apostaron en el boulevard Jalisco-Puerto Vallarta y detuvieron el Grand Marquis dorado en el que viajaba Carrillo Fuentes, quien no opuso resistencia.
Alberto Carrillo Fuentes se identificó ante los agentes como Armando Caballero Flores y los federales le mostraron una orden de localización y presentación librada el 29 de enero de 2013 precisamente en contra de Armando Caballero Flores, a quien se le relaciona con tres averiguaciones previas.
Adicionalmente, según el parte oficial del gobierno federal, en el interior del Grand Marquis, había dos rifles de asalto AK47, una pistola, cargadores, cartuchos, y dos kilogramos de cocaína.
“Ese día, y en ese lugar terminó la cacería”, de acuerdo a El Universal.