La extrema derecha francesa de Marine Le Pen fracasó en su intento de conquistar su primer gobierno local, mientras que el partido centrista de Emmanuel Macron sufrió un nuevo estacazo en la segunda vuelta de comicios regionales a diez meses de las elecciones presidenciales.
El joven partido presidencial, La República en Marcha (LREM), de Emmanuel Macron, no logró alzarse en ninguna de las 13 regiones de Francia metropolitana, pagando su falta de implantación territorial.
Es una “decepción para la mayoría presidencial”, admitió Stanislas Guerini, jefe de LREM.
La abstención fue la gran protagonista de estas elecciones, con un máximo histórico de alrededor del 66 por ciento, el mismo nivel que en la primera vuelta y muy por encima del 55 por ciento de las precedentes elecciones regionales de 2015.
“Lo que estamos viendo es la culminación de una desconexión entre los votantes y la clase política”, dijo a la AFP Jessica Sainty, profesora de política en la Universidad de Aviñón, aunque reconoció que la crisis de covid-19 también influye en la alta abstención.
Otro fracaso de la ultraderecha
Los resultados fueron también decepcionantes para el partido de Le Pen, Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), que fracasó en su intento de ganar por primera vez un gobierno local.
Su candidato, Thierry Mariani, fue derrotado por su rival conservador, Renaud Muselier, en la región Provenza-Alpes-Costa Azul (PACA, sureste), la única en la que la formación nacionalista podía aspirar a una victoria.
“Esta noche, no ganaremos ninguna región”, admitió Marine Le Pen, quien señaló que Francia sufre una “profunda crisis de la democracia local”. “La movilización es la clave de las futuras victorias”, dijo, con la mirada puesta en las presidenciales del próximo año.
Para algunos analistas, estos resultados plantean dudas sobre si las presidenciales de 2022 se reducirán a un duelo entre Macron y Le Pen en la segunda vuelta, que desde hace tiempo se considera el escenario más probable.
Los grandes vencedores de estos comicios son el partido de derecha tradicional, Los Republicanos, así como el Partido Socialista, que casi habían desaparecido del paisaje mediático tras la victoria sorpresa del centrista Macron en 2017.
Varios tenores de la derecha aprovecharán el impulso que les dará esta victoria para posicionarse en la carrera de las presidenciales.
“Ahora todo el mundo ha entendido que las elecciones presidenciales son un juego a tres bandas”, estimó el conservador Xavier Bertrand, que obtuvo una cómoda victoria en la región Altos de Francia (norte) y ya anunció su candidatura para 2022.