El expresidente Nicolas Sarkozy censuró “las mentiras, la negación y la impotencia” de los socialistas que gobiernan Francia después de que según proyecciones, su partido conservador y aliados lograron triunfos en amplias partes del país en los comicios locales del domingo, en los que la izquierda perdió casi la mitad de sus consejos.
El Frente Nacional de extrema derecha logró avances en su objetivo de allegarse mayor apoyo popular, pero no concretó su sueño de ganar su primer consejo.
El primer ministro socialista Manuel Valls admitió que la corriente principal de la derecha ganó los comicios.
“Es indiscutible”, declaró Valls, quien lamentó el alto costo de las divisiones al interior de la izquierda.
Los socialistas incluso perdieron el control del consejo en Correze, el segundo lugar de residencia del presidente Francois Hollande en el centro de Francia y que fue recuperado por la derecha, dijo el Ministerio del interior.
La derecha parecía enfilarse hacia una victoria en el feudo político de Valls, la Essonne, al sur de París.
La dirigente del Frente Nacional anti-inmigración, Marine Le Pen, podría llevarse una amarga sorpresa porque al parecer no ganó un solo consejo, ni siquiera el de Vaucluse, en el sur, donde su sobrina Marion Marechal-Le Pen es figura importante y uno de los tres legisladores del partido.
La titular del Frente Nacional se había mostrado triunfante después de la primera ronda de la semana pasada, cuando su partido obtuvo 25% de los votos y fue segunda en el conteo después de la corriente principal de la derecha.
Sin embargo, su partido puede lograr 90 concejales en toda Francia.
Cuando estaban compilados los resultados en 66 de 98 regiones, el Ministerio del Interior dijo que el UMP de Sarkozy y sus aliados captaron 46% de los votos, la izquierda 34% y el Frente Nacional 20%.
En una declaración triunfalista, Sarkozy dijo que la derecha podría preparar un cambio de guardia “para rectificar el rumbo del país y frenar la declinación a la que había conducido el socialismo más arcaico en Europa”.
Según proyecciones, el Frente Nacional anti-inmigración podría ganar dos consejos con cifras que según Valls mostraban “claramente un aumento progresivo”.
Aunque la votación fue local, los desafíos políticos fueron altos. La izquierda de Hollande buscaba salvarse después de que no lograra dinamizar la lenta economía francesa ni incrementar los empleos, en tanto que Sarkozy contemplaba un regreso, y ambas partes intentaban repeler al Frente Nacional anti-inmigración que venía de una cadena de victorias electorales.
Las elecciones fueron un “paso crítico para el avance del movimiento patriótico hacia el poder”, dijo la dirigente del Frente Nacional, Marine Le Pen. “El objetivo está cerca, alcanzar el poder y aplicar nuestras ideas para rectificar el rumbo de Francia”.
Valls había exhortado a los electores a que eligieran a cualquiera de los candidatos, incluso a un conservador rival, para bloquear al aspirante del Frente Nacional, y dejó entrever que la gran victoria de la derecha se debió en parte a sus exhortos a la solidaridad contra la extrema derecha.
No hubo reciprocidad de parte de Sarkozy, quien había pedido a sus simpatizantes que simplemente se abstuvieran si no había candidato de su partido UMP.
Fuente: AP