Asesinato en Cinépolis: dos versiones

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La bala que mató al niño de 10 años fue disparada desde el exterior del complejo de Cinépolis y es una calibre 9mm, según el peritaje de la Procuraduría de Justicia del DF. El lunes el director del Instituto de Ciencias Forenses del DF dijo que el disparo fue en la sala y que fue calibre 22.

“La bala que mató al niño Hendrik Cuacuas mientras veía una película en el Cinépolis de Iztapalapa fue disparada desde el exterior del complejo, llegó de arriba hacia abajo y se trató de un calibre 9 milímetros, lo cual contradice la primera versión que dio Felipe Takajashi, director del Instituto de Ciencias Forenses de la Procuraduría capitalina”, publica La Razón.

Este miércoles, el diario que publicó el reportaje sobre la muerte del niño de 10 años tras recibir un balazo en la cabeza cuando veía una película, vuelve a exhibir las contradicciones de la Procuraduría del DF que investigó sólo hasta que se difundió el hecho.

El pasado lunes, Takajashi dijo que el proyectil se disparó de una distancia de entre 1.5 y dos metros, que el impacto fue de frente al menor y que se trató de una bala calibre 22.

“Pero ayer, en conferencia de prensa, el subprocurador, Edmundo Garrido, y el director de Criminalística de Servicios Periciales de la PGJDF, Anselmo Apodaca, mostraron a detalle los resultados de los estudios que hicieron y mismos que concluyeron que la bala en realidad fue disparada desde la calle y entró por el techo del inmueble”, de acuerdo con el reportero Carlos Jiménez, autor del reportaje que reveló el caso.

Los funcionarios dieron a conocer que el disparo fue desde calles de la colonia Xalpa y que penetró por el techo (de lámina y fibra de vidrio) y se impactó contra la cabeza del menor “de arriba hacia abajo y de sur-oriente a norte-poniente”. El proyectil que al final mató al niño de 10 años, detallaron, entró por el parietal derecho y se alojó en la parte baja del cráneo del lado izquierdo.

El día anterior, Takajashi había dicho: “Todo indica que (el disparo) fue de adelante hacia atrás, es decir, el disparador estaba en una posición de frente; no quiere decir que haya estado delante de él, porque uno, no siempre que habla de esa posición víctima-victimario quiere decir que haya estado aquí delante de mí; de repente, como el blanco es móvil, no es un blanco fijo”.

Sin embargo, en la presentación del peritaje, el subprocurador Garrido indicó: “Como resultado de los dictámenes periciales en materia de criminalística se desprende que el proyectil que recibió el menor no fue disparado en el interior de la sala dos… de la inspección ocular realizada en el techo de la sala 2, peritos en criminalística ubicaron un orificio que atraviesa la lámina y el plafón”.

Durante los peritajes hallaron en el techo del cine otra bala calibre 9 milímetros, la cual ya es analizada para saber si pertenece a la misma pistola que mató a Hendrik, dijo.

Sobre el calibre de la bala, Takajashi había mencionado que probablemente se trató de una calibre 22, es decir, de los más pequeños.

“Pero ayer se aclaró que en realidad fue un calibre 9 milímetros, que corresponde a un arma de mayor tamaño y potencia”, según La Razón.

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