Un comando de entre cinco y ocho personas armados con fusiles Kaláshnikov sustrae 250.000 euros y documentos diplomáticos
Podría llevar la firma de los Pantera Rosa, la banda criminal más implacables en lo que a robos a gran escala se refiere. O la de cualquier grupo organizado de delincuentes procedentes de los Balcanes o el Este de Europa, tan temible como profesionalizado. Aunque la investigación policial no ha arrojado aún datos al respecto, el espectacular atraco perpetrado el domingo por la noche en París reúne muchas trazas de novela negra. Un comando de entre cinco y ocho personas armadas, algunas con Kaláshnikov, atracó el domingo por la noche la comitiva de un príncipe saudí cuando se dirigía al aeropuerto de Le Bourget, a 15 km de la capital francesa. Los atracadores se hicieron con un botín 250.000 euros en efectivo y, sobre todo, con numerosa documentación diplomática. La policía busca intensamente a los autores del ataque, que abandonaron y quemaron los vehículos utilizados en el robo antes de huir.
El espectacular atraco a las puertas de París ocurrió sobre las nueve de la noche del domingo, un día pintiparado, por lo cansino, para un golpe semejante. El convoy, compuesto por una decena de vehículos, acababa de abandonar el prestigioso hotel George V, junto a los Campos Elíseos —uno de los más lujosos del mundo, perteneciente al grupo Kingdom Holding, de un miembro de la familia real saudí—, y se disponía a tomar la salida de la Porte de la Chapelle, al extremo norte de la capital. Entonces un grupo de entre cinco y ocho desconocidos a bordo de dos coches de marca BMW se dirigió hacia la comitiva y obligó a parar al primer vehículo, algo adelantado respecto al convoy. Fuertemente armados, algunos con fusiles de tipo Kaláshnikov, secuestraron el monovolumen Mercedes con sus tres pasajeros —el conductor, un guardaespaldas y un secretario— y soltaron a los rehenes un poco más lejos.
El Mercedes y uno de los BMW aparecieron apenas una hora después, sobre las diez de la noche, abandonados y carbonizados en la cercana localidad de Saint-Mesmes. La policía encontró también dos billetes de 500 euros, documentos en árabe y medicamentos a poca distancia de los coches. El príncipe, cuya identidad no ha transcendido, consiguió pese a todo tomar su vuelo de regreso a Arabia Saudí. Durante el atraco no se produjeron heridos.
El botín de la operación se eleva a unos 250.000 euros y a una cantidad de documentos diplomáticos calificados de “sensibles” por el diario Le Parisien. “De momento, no disponemos de detalles sobre la naturaleza de estos documentos. Puede tratarse de documentación sensible o de papeleo sin importancia”, destacó sin embargo una fuente cercana a la investigación a la agencia France Presse. “Si buscaban documentos sensibles, cambia la naturaleza del caso. Ya no nos enfrentaríamos a un caso de delincuencia organizada sino a algo más complejo”, indicó otro investigador.
Los primeros elementos de la investigación, encargada a la Brigada de Represión del Bandidismo de París, dependiente de la Policía Judicial, apuntan de momento a un comando preparado que sabía que el convoy debía pasar por allí y posiblemente conociera su contenido. “Se trata de una forma de atraco bastante inédita y estaban claramente informados” sobre el recorrido de la comitiva, valoró otra fuente policial.
La Embajada de Arabia Saudí en París no se ha pronunciado de momento sobre lo sucedido. Según algunos medios locales, como las radios RMC y Europe1, el origen de la comitiva habría sido la propia legación diplomática. “Cabría esperar una cooperación eficaz con las autoridades saudíes” durante la investigación, ha subrayado el responsable de un sindicato policial.
Todos los testimonios recogidos por la policía, y filtrados por medios locales, describen a los asaltantes como “un grupo de tipos muy aguerridos y bien pertrechados, con armamento”. “Nos las vemos, sin duda, con un buen equipo de ladrones”, comentó el responsable de otro sindicato policial.
La profesionalidad mostrada por los asaltantes recuerda la de bandas organizadas como la Pantera Rosa, con 200 miembros y que tiene en los atracos a joyerías de lujo su principal actividad. Los atracos a sendas joyerías en Dubái y Londres, en 2007 y 2009 respectivamente, consagraron al grupo, que ha levantado miles de millones de euros y para el que, por tanto, el botin parisino de ayer no supondría más que calderilla.
Fuente: El País