Por Sanjuana Martínez
Los dos grandes males endémicos de México son la corrupción y la impunidad. Y como consecuencia de ello, la clase política ha normalizado el cinismo, una actitud cada vez más arraigada.
Mientras los políticos y funcionarios corruptos de todos los niveles no sean enjuiciados por sus delitos, este país seguirá sumido en la falta de gobernabilidad, la simulación y la imposibilidad de acceder a una verdadera procuración de justicia, cuyo máximo es la igualdad ante la ley.
En un México hipotéticamente democrático, políticos de la calaña de Arturo Escobar Vega estarían en la cárcel. En lugar de eso, lo tenemos no solo armando las mapachadas del Partido Verde, monumento a la impunidad, sino ahora como subsecretario de Prevención del Delito de la Secretaría de Gobernación por orden de Miguel Ángel Osorio Chong.
Su nombramiento tiene lógica, si hay alguien que sabe de delitos es Arturo Escobar Vega, pero para cometerlos, no para prevenirlos. Hagamos un recuento de sus méritos, los cuales, seguramente fueron tomados en cuenta por el Señor Chong.
Primero remontémonos al 2 de julio de 2009 cuando el señor Escobar Vega era Senador y fue detenido en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez con un millón 100 mil pesos en efectivo metidos en una maleta marca Louis Vuitton. La autoridad le exigió demostrar su procedencia y el político entro en claras contradicciones. Primero, dijo que el dinero era de uno de sus subalternos que rentaba una casa. Luego que no era él quien aparecía en el vídeo con la maleta colgada al hombro. Después, que si era él, pero que el dinero era para pagar a quienes participaban en las elecciones de un día después de su detención. Y finalmente, afirmó que el dinero era de Fernando Castellanos para pagar una casa y que esa fuerte cantidad era producto de la “venta” de automóviles.
En aquel momento, Escobar Vega era representante del Verde ante el IFE y la maleta con dinero en efectivo fue descubierta un día antes de las elecciones, cuestión que agregó más sospecha sobre la procedencia y uso de ese millón 100 mil pesos. Pero como en México los políticos y funcionarios corruptos no son enjuiciados por sus delitos, nadie ejerció acción penal contra este Senador, ni contra el Partido Verde.
La impunidad es una invitación a la repetición del delito. El Sr. Escobar Vega tiene un largo historial que sería imposible detallar en este espacio, pero abordemos uno de sus últimos escándalos de corrupción que implica a la empresa Grupo Rabokse SA. de CV., propiedad de su hermano Adrián, algo que coloca al Partido Verde Ecologista de México en el espectro del delito de lavado de dinero y conflicto de interés al subcontratar a una empresa familiar. Y otra vez, el INE no actúo.
Escobar Vega, es un gran exponente del delito, solo hay que ver los 600 millones en multas impuestas al Partido Verde por las múltiples violaciones a las leyes mexicanas. Los mexicanos seguimos esperando que lo sancionen o la intervención de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade). Pero como la independencia judicial no es muy común en México, seguramente el fiscal Santiago Nieto se hará de la vista gorda como Virgilio “Ricitos” Andrade.
Tal vez, estos fueron los méritos que vio el Sr. Chong para nombrar a Escobar Vega como nuevo subsecretario de prevención del delito. Indudablemente sabe mucho de delitos. Y de castigo a los delitos porque es uno de los mayores defensores de la pena de muerte. ¡Imaginense, un funcionario cuya misión es lograr la participación ciudadana, defendiendo la silla eléctrica y la inyección letal!.
Definitivamente el perfil de Escobar Vega es compatible con los tiempos que vive el gobierno de Enrique Peña Nieto, cuestionado no solo por enormes casos de corrupción, sino por crímenes de Estado.
Y es que el sistema está hecho para sostener la corrupción, el tráfico de influencias, los conflictos de intereses de políticos y funcionarios. Todo indica que entre más escándalos de corrupción carguen a sus espaldas, mayor será el nivel de premio que recibirán.
¿Cuántos gobernadores y ex gobernadores corruptos impunes conoce? La lista es tan grande que la pregunta debería ser planteada de otro modo: ¿cuántos gobernadores honestos conoce? ¿Cuántos funcionarios decentes conoce? ¿Cuántos políticos honrados conoce? Seguramente los habrá, pero serán los menos. El valor de la decencia en la política y las instituciones es tan escaso que pronto pasará a convertirse en una Ave Raris.
El nombramiento de Escobar Vega es una burla para los mexicanos, un ataque a la cultura de la legalidad, una clara muestra del cinismo de los políticos sujetos más a compadrazgos e intereses de partido. Hay ciudadanos ven con hartazgo tanta podredumbre, tanta ineficacia e improvisación desde las instituciones.
Políticos y funcionarios no deberían estar por encima de la ley. El día que en México se enjuicie al presidente como a cualquier otro ciudadano, o a los gobernadores corruptos saqueadores de los recursos del pueblo, o a los diputados y senadores cuyos conflictos de interés son tan grandes como la Torre Eiffel, ese día, México será una verdadera democracia y por consiguiente un país más justo.
El cambio no vendrá de arriba. Al poder no le interesan los cambios. Dependerá totalmente de los ciudadanos. Somos nosotros los que tenemos que decir basta y actuar en consecuencia para sacar del poder a los sinvergüenzas.
Mientras tanto, la impunidad convierte a México en una república bananera gobernada por un puñado de déspotas.
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