Los negociadores del acuerdo de París sobre el clima se adentraron el jueves en una segunda madrugada de discusiones ininterrumpidas, para intentar cerrar un acuerdo que garantice un futuro viable para el planeta.
El presidente de la conferencia (COP21), el canciller Laurent Fabius, entregó a los 195 países un nuevo texto un poco más corto, de 27 páginas, y luego pidió a los ministros negociar toda la noche si hace falta, para cerrar un acuerdo final en la mañana.
“Estamos extremadamente cerca del objetivo, tenemos que hacer gala de la responsabilidad necesaria para hallar, en las próximas horas, un terreno de acuerdo universal”, declaró horas antes del término oficial de la conferencia, previsto el viernes.
Tres temas siguen bloqueando las negociaciones, recordó Fabius: las finanzas del acuerdo, el grado de responsabilidad diferenciada de los países industrializados y los que están en desarrollo, y la ambición a largo plazo, es decir, cómo se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y cómo se transita hacia una economía que no dependa de las energías fósiles.
El comisario europeo para el clima, Miguel Arias Cañete, había pedido, antes de la presentación del texto, esa ambición para atraer “miles de millones de dólares” en inversiones para ayudar a todos, ricos y pobres, a dar ese histórico paso.
– Un mundo con nuevas alianzas –
Las posiciones se endurecieron en las últimas 24 horas, pero también se aclararon, y el texto distribuido por Fabius mostraba muchos menos corchetes.
La Unión Europea, Estados Unidos y poco menos de un centenar de países más vulnerables, así como México y Colombia, anunciaron la víspera una coalición para lograr un acuerdo “ambicioso”.
Los países más afectados por el calentamiento del planeta, como las islas amenazadas por la subida del nivel de los océanos, no están dispuestos a dejar escapar la oportunidad de un acuerdo que para ellos es de vida o muerte.
El tema que cristaliza esa obsesión es el que prácticamente encabeza el acuerdo de París: limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1.5º C o 2º C respecto a sus niveles en la era preindustrial.
El último borrador menciona un compromiso: mantener ese alza de la temperatura “muy por debajo de 2º C (…) y proseguir con los esfuerzos para” lograr “1.5º C”.
Queda “la parte más dura”, definir cómo se implementa el acuerdo “desde el punto de la mitigación y de la ampliación del financiamiento”, advirtió durante la mañana el ministro de Medio Ambiente ecuatoriano, Daniel Ortega.
“Estamos de acuerdo en una participación voluntaria de los países en vías de desarrollo en la financiación”, explicó poco después en rueda de prensa Antonio Marcondes, negociador brasileño.
El meollo de las discusiones en París son las “responsabilidades comunes pero diferenciadas” que todos los países aceptaron en la Cumbre de la Tierra de Río en 1992 y que ahora opone a los países emergentes y a los desarrollados sobre quién debe asumir los costos.
El borrador sometido por Fabius confirma una cifra de 100 mil millones de dólares anuales de aquí a 2020 de países desarrollados en beneficio de los países en desarrollo. Además, abre la puerta a “otras partes” que voluntariamente quieran proporcionar ayuda económica a estos últimos países.