Además de esforzarse en desarrollar armas nucleares, Pionyang está mejorando su capacidad para lanzar ciberataques contra sus enemigos.
Más allá del programa nuclear de Corea del Norte, que siembra preocupación en la comunidad internacional y que EE.UU. considera una amenaza directa para su seguridad, otra ‘arma’ de Pionyang empieza a ser motivo de inquietud en el mundo: sus ‘hackers’.
Recientes casos de ciberataques parecen ilustrar la creciente capacidad de Corea del Norte para atacar a sus enemigos en el ciberespacio, indica ‘The New York Times’. El año pasado ‘hackers’ trataron de robar mil millones de dólares de la cuenta del Banco Central de Bangladesh en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Lo único que les impidió completar el robo fue una errata en la solicitud falsa de extracción: pusieron “fandation” en vez de “foundation” (‘fundación’ en inglés). En cualquier caso, lograron obtener 81 millones de dólares. Washington y Seúl atribuyeron el ataque a piratas informáticos norcoreanos, pero Pionyang rechazó estas acusaciones, según Reuters.
Dos años antes la productora cinematográfica estadounidense Sony Pictures perdió el 75% de sus servidores por culpa de un ciberataque. Asimismo, los piratas informáticos robaron miles de documentos de la compañía y vaciaron sus centros de datos, explica ‘The New York Times’. La Casa Blanca señaló a Corea del Norte como autor del ataque, aunque fueron varias las teorías sobre la responsabilidad del ataque.
El pasado 10 de octubre salió a la luz el ataque más preocupante de todos, ocurrido en septiembre de 2016. Según las autoridades surcoreanas, ‘hackers’ norcoreanos habrían accedido el Centro de Datos Integrado de Defensa en Corea del Sur apoderándose de varios documentos secretos, incluidos los planes de Washington y de Seúl para “decapitar” la dirección de Corea del Norte en caso de guerra.
Sobre el telón de fondo de las crecientes tensiones en la península norcoreana, este último “golpe maestro táctico” sería la prueba de que Corea del Norte entiende el gran potencial asociado al uso de las tecnologías digitales para este país que solo cuenta mil usuarios de Internet, explica John Naughtan, columnista de ‘The Guardian’.
El mejor modo de atacar
Los principales países industrializados se abstienen de lanzar ciberataques porque sus sociedades dependen completamente de complejas, frágiles e inseguras infraestructuras de redes digitales, explica el periodista británico.
Los países más desarrollados temen las consecuencias de una eventual respuesta a su propio ciberataque, mientras que Corea del Norte está menos expuesta a un peligro de un ataque digital masiva. En este sentido, Naughtan concluye que los ciberataques son una opción conveniente para Pionyang a la hora de infligir daños concretos a los países occidentales.
Asimismo, opina que el poder real de las armas nucleares no reside en las posibilidades de su uso, sino en su efecto disuasor: hasta la mínima probabilidad de que un país puede lanzar un ataque nuclear conlleva posibles daños inadmisibles, por lo que involucrarse en un conflicto directo con una potencia nuclear es una decisión que pocos gobiernos se atreverían a tomar. Frente a ello, los ‘hackers’ son un instrumento con mayor potencial de uso, recalca el columnista de ‘The Guardian’.
Fuente: RT