Al entrar en vigor el decreto de necesidad y urgencia que impuso límites a las compras y transferencias de dólares, aunque con graves errores, centenares de personas se agolparon afuera de los bancos para retirar dinero, y aunque hubo una recuperación leve del peso con un avance de 3 por ciento, para cerrar en 58.4, la incertidumbre cambiaria continúa, y tanto empresarios como industriales, que este lunes festejaron el Día de la Industria sin la presencia del presidente argentino, Mauricio Macri, estiman que son medidas tardías y en algunos casos cosméticas, ante el industricidio, que ha producido casi cuatro años el gobierno de la alianza Cambiemos.
Al término de una reunión del gabinete, Macri manifestó su tranquilidad tras las medidas que adoptó su gobierno el domingo para resguardar las reservas internacionales ante la demanda de dólares por parte de inversionistas y ahorradores, reportó la agencia de noticias Xinhua.
Durante el encuentro con el gabinete, Macri solicitó moderar la campaña contra el candidato del opositor Frente de Todos, Alberto Fernández, y preocuparse por estabilizar el país, que atraviesa una profunda crisis, ante la corrida del dólar que el gobierno disparó horas después de su derrota en la elecciones primarias del pasado 11 de agosto para castigar a los votantes y a la vez sostener que los mercados habían reaccionado por el temor al regreso del peronismo al poder, sin entender que esa actitud sólo llevaría al estallido de la crisis que comenzó en abril de 2018.
La bolsa tuvo un repunte de 6.41 ciento, en momentos en que hubo reacciones dispares a las últimas medidas del gobierno y sectores de la economía que apoyaron a Macri manifestaron públicamente sus diferencias con las disposiciones destinadas a frenar la caída de las reservas internacionales por 12 mil 200 millones de dólares y detener la acelerada devaluación, que ha llegado a 20 por ciento en tres semanas.
La amenaza del corralito vuelve a amenazar a los argentinos como en 2001.
En su decreto promulgado el domingo, Macri dispuso que a partir de este lunes y hasta fin de año las personas físicas sólo pueden adquirir 10 mil dólares al mes; cualquier cifra mayor deberá ser autorizada por el Banco Central. Empresas, bancos y fondos de inversión deberán pedir autorización a la entidad emisora para cualquier compra de divisas.
Se prohibió a las empresas comprar dólares con fines de atesoramiento y se redujeron los plazos para que los exportadores liquiden en el mercado local las divisas que obtienen por sus operaciones. Desde 2016 muchas empresas no estaban liquidando con la anuencia del gobierno.
La mayoría estima que estas medidas son tardías y que hay puntos muy confusos que deben reconsiderarse, cuando para otros es un maquillaje para llegar a las elecciones presidenciales del 27 de octubre próximo, lo que entraña mayores peligros.
La ciudad estaba este lunes especialmente desierta, con industrias cerradas por la celebración de su día, pero también bajaron las ventas y no cambió la tensión ni la incertidumbre. El temor que expresa la población es que no se pueda llegar hasta octubre.
Mientras se discute sobre la macroeconomía, continúan cerrando empresas y negocios y los precios superaron largamente lo que podía haber mejorado la anulación del impuesto al valor agregado (IVA) de 21 por ciento, y las centrales sindicales estudian la situación ante el ofrecimiento –que rechazan– de un aumento de 35 por ciento en el salario mínimo, pagado en tres cuotas, porque ya quedó totalmente superado por la galopante inflación que no se detiene.
Para el ex ministro de Economía Axel Kicillof, Macri fue irresponsable por haber demorado la implementación de medidas para contener el dólar. El presidente tuvo un comportamiento obtuso y absolutamente irresponsable, sostuvo, y añadió que la idea de imponer un nuevo cepo al dólar fue del flamante ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, pero que Macri se opuso por razones ideológicas y que sin duda habrá consecuencias.
El ex viceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis, del equipo económico del candidato presidencial Alberto Fernández, criticó las restricciones a la compra de dólares y advirtió que podría provocar la aparición de un dólar paralelo muy alto. Esta visión es generalizada y ya lo han advertido varios economistas.
Consideró que Macri convirtió una corrida cambiaria en una bancaria pidiendo responsabilidadpara informar sobre el escenario económico tras las medidas oficiales.
En tanto, en el Día de la Industria el presidente de la Unión Industrial Argentina, Miguel Acevedo, remarcó que es necesario superar falsos dilemas para reiniciar el crecimiento. Argentina no tiene que discutir entre dos modelos de país, sino acordar un modelo que impulse el desarrollo, que distribuya a partir de la riqueza que genere, que incluya a partir del trabajo, que aumente todas sus capacidades productivas y que apueste a ser un protagonista en esta cuarta revolución industrial que estamos viviendo.
Llamó al consenso, que no es una palabra abstracta, sino que tiene manifestación concreta en nuestras discusiones diarias.
Tanto los empresarios como los industriales mencionaron que preparan planes para superar este momento y que los presentarán a los candidatos presidenciales.
Lo que se hizo evidente es la diferencia entre sectores internos de la oficialista alianza Cambiemos, donde algunos advierten que la política agresiva y de confrontación permanente no ha dado resultados, mientras otro sector encabezado por el candidato a vicepresidente, Miguel Angel Picheto, quien desertó del peronismo (de derecha), la diputada Elisa Carrió, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, creen que las medidas aparecerán como una rendición del gobierno de Macri.
Varios analistas advierten que la caída de Macri arrastra, sin dudas, a la figura de la ex titular del Fondo Monetario Internacional (FMI) Christine Lagarde, al quedar en descubierto que prestó y siguió prestando dinero a este gobierno a sabiendas de que no iban a poder pagar y exigiendo cada vez más ajustes, cuando se estaba llegando al límite del estallido social.
Por otra parte, está en duda si el FMI desembolsará más de 5 mil millones de dólares para entregar al gobierno de Macri y especialmente cuando hay países europeos como Italia, Suecia y Holanda que se niegan a convalidarlo.
La mayoría de los analistas económicos advierten que sólo Estados Unidos está dispuesto a salvar a Macri, porque lo necesita como asociado en el sur cuando incluso la figura del presidente brasileño, el neofascista Jair Bolsonaro, está cayendo a pasos agigantado.
Analizando lo sucedido en una nota de Página/12 se advierte que “mientras se dejaba que la nueva deuda se recicle en fuga, se aumentaba la demanda futura de divisas al mismo tiempo que se reducía voluntariamente la oferta futura. El rumbo era hacia una colisión inevitable. El colapso, hoy se sabe, comenzó a manifestarse en abril de 2018 con el cierre de los mercados externos. Ya con el FMI adentro y la profundización del ajuste, la pregunta más honesta que cualquiera podía hacerse era: ‘¿estalla antes o después del 10 de diciembre? Le estalló a Cambiemos y en la caída no le quedó una sola bandera en pie’”.
Fuente: La Jornada