Este sábado 3 de junio en distintas ciudades del país sudamericano miles de personas salen a la calle para rechazar la violencia de género y exigir políticas públicas que aborden la problemática.
Hace dos años, el 3 de junio de 2015, se realizó en Argentina la primera convocatoria #NiUnaMenos. Impulsada por un grupo de periodistas, el objetivo era visibilizar la violencia de género en el país y, puntualmente, la problemática de los femicidios.
Desde entonces se ha instalado como una nueva fecha en el calendario anual de movilizaciones del país sudamericano. Asimismo ha logrado traspasar las fronteras y tuvo réplicas en otros lugares de América Latina como Perú.
La violencia que persiste
“Porque en lo que va del año hay al menos una mujer o travesti menos por día”, comienza el comunicado del colectivo #NiUnaMenos que convoca a la movilización este 3 de junio a las 16 hs de Argentina.
La protesta de este año plantea que “a dos años del primer Ni una menos” sigue sin haber “estadísticas oficiales y serias sobre femicidios que permitan el diseño de políticas públicas efectivas”. Además cuestiona el rol de “la policía y el Poder Judicial” ya que “no activan todos los mecanismos necesarios para una búsqueda eficiente”. En ese sentido recordaron los casos de las jóvenes asesinadas Melina Romero y Araceli Fulles, a las cuales “tardaron un mes en encontrarlas”.
Por otra parte sostiene que uno de cada cuatro femicidios “se produce con armas de fuego” mientras que el Programa Nacional de Desarme “está inactivo”. El texto critica la no aplicación de la ley de Educación Sexual Integral, que no se haya implementado el patrocinio jurídico gratuito para las víctimas de violencia de género y porque “no hay políticas integrales que contenga a las víctimas de violencia y les permitan seguir con sus vidas”.
Represión y violencia económica
El texto también hace hincapié en la represión policial sufrida el pasado 8 de marzo, luego del Paro Internacional de Mujeres. Actualmente hay “26 compañeras judicializadas como resultado de detenciones arbitrarias”. Asimismo destaca el caso de “Milagro Sala y otros 11 presos políticos” que permanecen en prisión y donde “la mayoría” son mujeres.
Finalmente pone de relieve la desigualdad económica ya que las jornadas laborales de las mujeres “son, en promedio, tres horas más largas que las de los varones” mientras que “las tareas de cuidado y reproductivas caen sobre nuestras espaldas y no tienen valor en el mercado de trabajo”. Además subraya que “la desocupación crece dos puntos cuando se habla de mujeres” mientras que “la brecha salarial es, en promedio, de un 27 %”.
Un movimiento masivo
En diálogo con RT la socióloga Victoria Freire remarcó el cambio que hubo “a partir del 3 de junio de 2015” durante el primer #NiUnaMenos. Allí se demostró que “el movimiento feminista, de mujeres y de la diversidad es potente”. Que “sale a disputar las calles y logra contactar con muchísimas personas”, fundamentalmente con “miles y miles de mujeres que viven distintas experiencias de violencia de género”.
Freire, quien coordina el Observatorio de Géneros y Políticas Públicas de la Ciudad de Buenos Aires, agregó que “este movimiento se expresa en un marco de avanzada neoliberal que recrudece la violencia” sobre las mujeres. Eso se expresa en “menos empleo, salarios más bajos, recorte de políticas públicas y sociales”, lo cual “precariza la vida de las mujeres y del pueblo en general, generando más violencia”.
A pesar de ese escenario desfavorable, la especialista subrayó que el movimiento “está disputando el sentido común en el debate con algunos otros actores como la derecha y la Justicia, que pretenden decirnos que la violencia de género se resuelve con mayores penas a los femicidas”. En ese sentido la respuesta es el reclamo por “políticas de fondo, recursos, educación sexual integral, concienciación y sensibilización”. “Queremos igualdad en todos los planos y eso implica que las mujeres puedan garantizar su autonomía económica”, dijo.
Finalmente sostuvo que “por delante” queda “seguir desarrollando mayores niveles de organización, de democracia y participación, de solidaridad ante un Estado que no interviene ni se hace cargo de este problema”. Se trata de “cambiar una matriz patriarcal y machista en la cual nuestra sociedad es constituida”.
Fuente: RT/ Santiago Mayor