El Senado de Estados Unidos aprobó la reforma de justicia más importante en décadas y la primera gran medida bipartidista en la Casa Blanca de Trump que pretende reducir la población carcelaria en el país en más de 2.2 millones de reos.
Por una abrumadora (87-12), el Senado de EU aprobó esta noche la reforma de justicia más importante en décadas, un excepcional logro bipartidista dentro de la Administración de Donald Trump.
….This will keep our communities safer, and provide hope and a second chance, to those who earn it. In addition to everything else, billions of dollars will be saved. I look forward to signing this into law!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 19, 2018
El siguiente paso es la aprobación de la Cámara baja antes de la pausa navideña en el Capitolio.
Estados Unidos se define por el número de ciudadanos que tiene en la cárcel: 2 millones 200 mil personas encerradas entre rejas, lo que le sitúa como vencedor en el podio mundial.
El país detenta un sistema de justicia tachado de injusto, duro y racista que por primera vez en muchos años tendrá una reforma.
Un primer paso que ha sido capaz de poner de acuerdo a organizaciones e individuos tan en las antípodas ideológicas como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
No en vano, la ley que el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, ha logrado salvar a votación antes de que acabara el año se denomina First Step.
McConnell estaba decidido: el Congreso no se irá de vacaciones hasta que haya un acuerdo.
“A menos de que nos enfrentemos a este trabajo de manera colaborativa, productiva y aceleremos el proceso, doy por hecho que el Senado necesitará seguir abierto entre Navidad y Año nuevo para acabar su trabajo”, aseguró la semana pasada el senador por Kentucky.
Sin ninguna otra pieza legislativa que se pueda definir de esta manera, esta norma es la primera gran medida bipartidista en la Casa Blanca de Trump.
Y puede que la única que se firme en los supuestos daños de mandato que todavía le quedan al Presidente.
Es un pacto excepcional: demócratas y republicanos, de acuerdo en reformar el sistema federal de prisioneros a petición de Trump. Y una vez que está fuera de juego el antiguo Fiscal General, Jeff Session, firme partidario de imponer condenas más severas.
First Step ha llamado a terminar con las leyes antiguas que provocaron que en los años 80 y 90 que infectaron de presos las cárceles de la nación bajo la idea de encerrar a la gente y tirar la llave, como alguien que comete tres delitos consecutivos va de por vida a la cárcel; ahora serán 25 años.
También acaban, de forma retroactiva, con la disparidad en las condenas entre tenencia de cocaína en polvo y crack, lo que estaba considerado como dos estándares de medir y penalizar a los consumidores de drogas, con más dureza a los fumadores de crack, en general población negra, y con más ligereza a los consumidores de cocaína, de mayoría población blanca.
Así, miles de prisioneros cumpliendo condenas por delitos relacionados con el crack verán reducidas considerablemente sus sentencias.
Aunque significativa, la ley tendrá un impacto modesto en la reducción de presos encarcelados ya que tan solo afecta a los reos dentro del sistema federal de prisiones, que suponen menos del 10 por ciento del total nacional.
Según Keith Wattley, director de UnCommon Law, firma que provee consejo legal y terapéutico para personas cumpliendo largas condenas en California, esta ley es “un paso en la dirección equivocada”.
“Esta ley apuntaba a que beneficiaría más a las compañías que dirigen las prisiones privadas que a la población entre rejas”, aseguró.
Wattley aseguró que esto incrementará el uso de los sistemas de control electrónicos creados por corporaciones privadas para controlar a aquellos que han sido puestos en libertad bajo arresto domiciliario.
Fuente: Reforma/ Agencias