Ted Cruz busca apoyo de dueños de armas

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Es una imagen que probablemente verán este fin de semana los aficionados al fútbol americano en Iowa: Ted Cruz, con el rostro untado con maquillaje negro, sentado en un parapeto para cazadores de patos en Louisiana y sosteniendo una escopeta prestada.

Su oficina de campaña dijo el martes que gastará 700.000 dólares para la transmisión de un anuncio a favor de las armas durante los juegos de campeonato de conferencia de la NFL.

Cruz ha convertido su defensa de los derechos de la Segunda Enmienda constitucional en un principio básico de su campaña por la nominación presidencial del Partido Republicano, y ha pregonado su pasado trabajo en contra de iniciativas de ley de control de armas. Pero los registros indican que la pasión del político de 45 años por el asunto emergió recientemente, coincidiendo con su ascenso en los círculos republicanos en Texas.

Cruz estuvo en Louisiana la semana pasada para filmar un anuncio de campaña con Phil Robertson, el patriarca de barba canosa del clan del programa de televisión “Duck Dynasty”. El senador federal por Texas, ataviado con overol camuflado, aparece realizando un par de disparos hacia el cielo gris. No está claro si el precandidato acertó a algún pato.

Mirando a la cámara, Robertson dice que su criterio de selección para apoyar a un candidato incluye: “¿Mataría un pato, lo pondría en una cazuela y haría un buen gumbo?”. Luego dice a Cruz: “Tú eres uno de nosotros, hombre”.

En sus tres años en el Senado de Estados Unidos, el registro de votación de Cruz ha sido calificado de la mejor manera por la National Rifle Association. Una feroz crítica a los esfuerzos del presidente Barack Obama para fortalecer las revisiones de antecedentes a compradores de armas es un lo principal en los discursos de campaña política de Cruz. El candidato dijo sarcásticamente que en Texas el término “control de arma” significa que “uno acierta a lo que le disparó”.

En una autobiografía publicada el año pasado, Cruz relata que después de que se mudó a Austin en 2003 para prestar servicio como fiscal general del estado designado, a él le preocupó dejar a su esposa Heidi sola en su casa mientras él viajaba. La pareja había vivido previamente en Washington, donde cada uno tenía empleo en el gobierno del presidente George W. Bush.

Cruz narra que compró para ella un revólver Smith & Wesson calibre .357 Magnum para que lo tuviera en la mesita de luz.

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