Este viernes se conoció que miembros el colectivo de hackers Anonymous había penetrado la seguridad de por lo menos 200 cuentas de usuarios en Twitter asociados con el Estado Islámico (EI).
Este no es un asunto nuevo, pues desde noviembre del año pasado el grupo de hackers se encuentra en una guerra digital contra la organización terrorista. En esta ocasión, además de tomar el control de los perfiles y reportarlos ante la red social, dos acciones usuales en este tipo de intervenciones, los hackers decidieron redecorar las cuentas con una temática LGBTI. (Lea “Del hiphop al yihadismo”)
El ataque en línea llega como una suerte de respuesta ante la masacre de Orlando, que dejó 50 muertos y 53 heridos en un bar para la comunidad LGBTI de esta ciudad.
Las acciones en contra del EI en esta ocasión estuvieron dirigidas por un activista que se denomina WauchulaGhost en Twitter, quien le contó a CNN que lleva poco más de un mes dirigiendo sus ataques contra perfiles de la red social asociados al Estado Islámico y llenándolos con mensajes gay, así como con pornografía.
De acuerdo con cifras de Twitter, desde mediados del año pasado, la compañía ha suspendido más de 125.000 perfiles vinculados a la organización terrorista.
“A veces hay que defender lo que crees. Si quieres un cambio, tienes que lograr ese cambio, así signifique hacer algo ilegal”, le dijo el hacker a CNN.
Para mediados de 2015, se estimaba que el colectivo de hackers había ayudado a identificar más de 100.000 perfiles de posibles yihadistas, así como más de 5.000 videos de propaganda del grupo extremista. (Lea “La guerra digital contra el Estado Islámico”)
Pero para todas sus acciones, al guerra digital contra el EI es mucho más grande que un ataque de denegación de servicio o una redecoración con temática LGBTI.
El EI tiene un discurso consistente en plataformas como Youtube, Instagram, Twitter y Facebook. Además de los videos de combates, que incluyen un documental de una hora titulado “Las llamas de la guerra”, el EI publica activamente material en el que Grand Theft Auto deja de ser un videojuego para convertirse en material de reclutamiento para extremistas.
Cuando las cosas se ponen difíciles en alguna de estas plataformas, momentos en los que las empresas deciden cerrar perfiles, bloquear cuentas o cuando los usuarios reportan actividad sospechosa en línea, el yihad en línea salta a lugares como Diaspora, una red social de código abierto que, por su propio modelo de construcción, dificulta el cierre o bloqueo de cuentas: extremismo más allá del control de cualquiera.