Anarquistas mexicanos adheridos a una corriente denominada “insurreccional”, y quienes aseguran haber participado en los más recientes choques con la policía en la Ciudad de México, proclaman su pertenencia a la Federación Anarquista Informal (FAI), organización clandestina considerada terrorista por los servicios de seguridad de Italia, que la identifican como la “principal amenaza subversiva” del país.
Por Marco Appel/ Proceso
Así lo reconoce, en un extenso comunicado del sábado 5, un grupo de organizaciones que ya han realizado ataques con explosivos: Conspiración de las Células del Fuego /Federación Anarquista Informal (CCF-FAI)-México; Célula Insurreccional Mariano Sánchez Añón /Federación Anarquista Informal (CI-MSA/FAI), además de las Células Autónomas de Revolución Inmediata-Práxedis G. Guerrero (CARI-PGG).
“La expansión de la insurrección anárquica, la propagación y el contagio del combate refractario, vuelve a abrirnos nuevos frentes en la confrontación antisistémica: la lucha callejera regresa para quedarse y se enlista nuevamente en nuestra agenda para prolongar el ‘invierno subversivo’”, señalan en su texto.
Y continúan: “Esa fue la única razón que nos llevó a darnos cita el 1 de diciembre en las calles; el único motivo que nos invitó a luchar sobre el asfalto el 1 de septiembre y que nos instigó a estar junto a ustedes, en medio de un mar de rebeldes antiautoritarios –desconocidos pero cómplices–, el 2 de octubre; no para ‘prender veladoras’ y desfilar como corderos temerosos, sino para hacer arder las barricadas e incinerar a los mierdas uniformados”.
Hace más de un año que el Agrupamiento de Operaciones Especiales de los Carabineros (ROS, por sus siglas en italiano) reveló que grupos afines en México, Grecia, España y Chile, forman parte de la red internacional de la FAI, y así lo informó públicamente el 5 de junio de 2012 el propio jefe de la corporación, Giampaolo Genza, según una nota del diario Corriere della Sera publicada ese día.
La agencia europea de policía Europol recogió los hallazgos de la policía italiana en su más reciente Reporte de la Situación y las Tendencias del Terrorismo en la Unión Europea (UE), publicado el pasado 25 de abril y cuya copia conoció Proceso. Sin embargo, el documento no justifica en su contenido que se mida con el mismo rasero al activismo subversivo anarquista que a los grupos terroristas como Al Qaeda.
Por primera vez en esa serie de evaluaciones, Europol vincula a anarquistas mexicanos con la FAI, a la que considera como el “grupo subversivo más amenazante” de la UE.
Desconfianza hacia México
Un informe del Sistema de Información para la Seguridad de la República –organismo que agrupa a los servicios de inteligencia italianos– advirtió que en 2009, después de dos años de silencio, la FAI “relanzó” sus actividades de acción directa con énfasis en “la internacionalización de la lucha”.
El reporte, emitido en febrero de 2012 y al que tuvo acceso este semanario, alude al Frente Revolucionario Internacional (FRI), una red mundial de grupos antiautoritarios y anarquistas lanzada en 2010 por la organización griega Conspiración de las Células de Fuego y ligada a la FAI.
En su informe, Europol plantea que el anarquismo italiano ha ganado mayor coordinación internacional. Advierte que la FAI, cuyo método de ataque desde su irrupción el 23 de diciembre de 2003 se limitó al envío de sobres y paquetes explosivos a bancos, instituciones, embajadas y personajes políticos, escaló en violencia cuando el 7 de mayo de 2012 atentó contra Roberto Adinolfi, director ejecutivo de la compañía Ansaldo Nucleare, a quien dos militantes anarquistas dispararon en la pierna cuando salía de su casa en Milán.
Con esos antecedentes, el 10 de diciembre pasado el Consejo de la UE, institución donde toman sus decisiones los Estados comunitarios, propuso que Europol negocie un acuerdo de colaboración con México que incluya el intercambio de información sobre crimen organizado y grupos anarquistas (Proceso 1903).
La propuesta fue rechazada de manera unánime por el Comité de Justicia y Asuntos Internos del Parlamento Europeo, reunido el jueves 17, pues sus integrantes consideraron que las autoridades mexicanas no ofrecen las suficientes garantías de protección de datos confidenciales.
De acuerdo con un documento de la policía europea fechado el 4 de octubre de 2012, “México es muy relevante para Europol por los numerosos ataques extremistas anarquistas cometidos allá, (y que) con frecuencia (los autores) claman que fueron perpetrados en solidaridad con anarquistas encarcelados en la Unión Europea”.
Precisa que la información proporcionada por la policía mexicana se incorporaría a una base de datos operacional con la que trabaja Europol y que corresponde a la unidad de asuntos de “terrorismo interno”. Su nombre oficial es Analysis Work Files Dolphin.
Consultado por Proceso, John Thompson, investigador y expresidente del Mackenzie Institute, un centro de análisis canadiense especializado en temas de seguridad, terrorismo y extremismo político, afirma que acciones anarquistas como las confrontaciones con la policía (el llamado Black Block) o los ataques con explosivos improvisados no pueden calificarse como terrorismo.
“A los anarquistas les interesa protestar, confrontarse con la autoridad, romper ventanas, destruir edificios, lanzar cocteles molotov y, a veces, pequeñas bombas. No obstante, todas estas son formas menores de ataque que no pueden compararse con el tipo de atentados perpetrados por Al Qaeda, en los que mata a cientos de personas inocentes. A los anarquistas no les interesa asesinar”, opina Thompson, quien en julio de 1995 recibió en su oficina de Toronto una bomba casera enviada por el Frente de Liberación Animal. La batería del explosivo falló.
En Canadá existe una lista de grupos terroristas en la que no figura ninguno de corte anarquista, expone el investigador y agrega: “Pueden cometer actos terroristas, pero no de una forma tan peligrosa que el gobierno los tenga que enlistar como entidades terroristas y requiera de provisiones judiciales especiales”.
–Entonces usted cree que es equivocado catalogarlos como terroristas.
–No son Al Qaeda…
Fuente: Proceso