Amnistía Internacional (AI), la organizacional mundial defensora de los derechos humanos, refutó al gobierno de Chile al demostrar que sí le solicitó información oficial y una audiencia al presidente Sebastián Piñera, previo a emitir un demoledor informe acerca de las violaciones a aquellos cometidas durante la represión a las protestas sociales.
La directora para las Américas de AI, Erika Guevara, publicó un documento sellado en la recepción de la sede del gobierno, donde gestionaba audiencia. “Presidente @sebastianpinera, parece haber una confusión con sus funcionarios respecto a nuestra solicitud de audiencia. Dado que los canales formales no han funcionado, aquí se la hago llegar esperando su pronta respuesta #Chile. Será importante presentarle nuestras conclusiones”, escribió en Twitter.
Entre otras, el informe de AI concluye que “la intención de las fuerzas de seguridad es clara: dañar a quienes se manifiestan para desincentivar la protesta, incluso llegando al extremo de usar la tortura y violencia sexual en contra de manifestantes”.
https://twitter.com/laradiodelsur/status/1198290649147170816
Esta severísima convicción causó no sólo la reacción del gobierno, sino que también las Fuerzas Armadas y la policía (Carabineros) emitieron inauditas declaraciones rechazándolas. Pero el ministro de Defensa, Alberto Espina, las respaldó, descalificando el informe de AI como “gravísimo, falso y una imputación inaceptable que además no tiene ningún fundamento ni antecedente que lo justifique”.
Pero, como si fuera poco, AI le dijo al gobierno que debe “emprender una reforma seria y profunda” de Carabineros, incluyendo “revisar su marco normativo con miras a transformar la institución para que garantice que todas sus actuaciones se realizan apegadas a los derechos humanos y que la institución cuenta con mecanismos estrictos de control y rendición de cuentas”.
La protesta, irreductible
Ayer, la Plaza Italia de Santiago -rebautizada como de la Dignidad- reunió a decenas de miles para poner en claro que la protesta social iniciada hace cinco semanas y escenificada consecutivamente en cada uno de los 35 días transcurridos, sigue prendida y no tiene atisbo de finalizar.
Nuevamente se desplegó ese abanico de diversidad que todo lo abarca, callando bocas que dicen que esto va en retroceso.
“No hay vuelta atrás, es ahora o nunca”, reza la pancarta que enseña una mujer y que es un resumen: esa amplísima parte de la sociedad chilena que se siente excluida, maltratada, abusada, engañada, …. -en fin, caben muchos verbos-, luce dispuesta a jugárselo todo porque parecen sentir que tienen nada o muy poco que perder, en cambio un universo que ganar, partiendo por la dignidad y el respeto.
Nada de lo intentado por el gobierno en estas cinco semanas le ha resultado, todas sus iniciativas han sido, primero, desafortunadas, y segundo, insuficientes y tardías, coinciden oficialistas y opositores.
Para el lunes, martes y miércoles de la próxima semana, ya se anunció una nueva huelga general que abarcará a sectores privados, por ejemplo, los puertos y de la construcción.