Las esperanzas presidenciales del líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, podrían depender de las conclusiones del público relacionadas con el caso Nochixtlán, donde nueve personas murieron tras el desalojo policiaco del pasado domingo 19.
Así lo destacó en su edición de este lunes el diario The Wall Street Journal (WSJ) en un artículo de Mary Anastasia O’Grady, titulado: “¿Qué alimentó el mortal enfrentamiento en México?”.
De acuerdo con el diario estadunidense, las investigaciones del caso Nochixtlán –cualquiera que sea la versión que se imponga– tendrán una gran importancia en el futuro de México y en las elecciones presidenciales de 2018, “desde que el desafío más apremiante de México es el compromiso con el apego a la ley”.
En su artículo, Mary Anastasia O’Grady califica a López Obrador como un “demagogo antidemócrata”, y sobre el gobierno de Enrique Peña Nieto destaca que el crecimiento económico es “tibio” y su aprobación ronda el 30%.
“Su gobierno ha sido debilitado con escándalos de corrupción, incluso en su propia familia, y su partido tuvo un mal resultado en las elecciones para gobernador a principios de este mes”, apunta.
Sobre la reforma educativa a la que se opone la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), afirma que elimina privilegios “extravagantes” obtenidos en el siglo XX, “y los maestros no se van a rendir sin luchar contra ella”.
Del titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño, señala que se ha enfrentado a la intransigencia de la CNTE en Oaxaca, su bastión y entidad donde el sistema educativo “es un desastre”.
El reporte resalta que en junio “agentes federales arrestaron a dos líderes de la CNTE (Rubén Núñez y Francisco Villalobos) por cargos de corrupción” y la organización sindical respondió con una serie de bloqueos que privó de alimentos, medicinas, gasolina y movilidad a los residentes locales en Oaxaca.
La periodista sostiene que en el choque de fuerzas en Nochixtlán, los opositores del gobierno alegaron que la policía disparó contra los manifestantes, “pero el jefe de la Policía Federal, Enrique Galindo, cuenta una historia diferente”.
Señala, asimismo, que el gobierno mexicano se negó a dar una entrevista justificando que la investigación sobre el caso continuaba en curso.
En todo caso, “el caos y la brutalidad son las marcas comerciales de los grupos subversivos. Su objetivo no es ganar territorio, sino desacreditar a las instituciones democráticas”, puntualiza.
Los mexicanos, concluye, necesitan una investigación completa y transparente.
Fuente: Proceso