Al continuar la ofensiva contra presuntos criminales en El Salvador, con arrestos masivos y allanamientos casa por casa, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acusó ayer a la comunidad internacional de dejar sola a esta nación centroamericana en su guerra contra las pandillas. Y no descartó la salida de su país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), luego de que el organismo cuestionó las medidas adoptadas en cárceles tras una reciente ola de homicidios.
“Las medidas implementadas en las cárceles constituyen políticas de carácter represivo que pueden resultar en serias violaciones a los derechos humanos de las personas privadas de libertad”, alertó la CIDH en su cuenta de Twitter.
“Ya salió la CIDH a defender a los pandilleros. Pero ni una sola palabra sobre las víctimas de estos asesinos. Queda claro de qué lado están. Los países deberíamos evaluar retirarnos de estas organizaciones internacionales que sólo buscan mantener a nuestra gente sufriendo”, tuiteó el mandatario al defender el estado de excepción decretado tras una ola de asesinatos el fin de semana.
El fiscal general, Rodolfo Delgado, informó en una entrevista con la televisión estatal que, “sin disparar un tiro”, en los últimos dos días han capturado a mil 476 miembros de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13), entre ellos a algunos de sus cabecillas.
“¿Saben cuántos países han decidido ayudarnos en la guerra contra las pandillas? Exactamente: ninguno. No vengan después a querernos decir qué es lo que debimos haber hecho o dejar de hacer, cuando en el momento que pudimos haberlos necesitado nos dejaron solos”, agregó Bukele, en español y en inglés.
“Estos vividores de las ONG internacionales dicen velar por los derechos humanos, pero no se interesan por las víctimas, sólo defienden asesinos como si disfrutaran ver los baños de sangre. Dígame cuántos miles de pandilleros van a llevarse, para que los traten como reyes allá”, se quejó.
El jefe de Estado ordenó, además, racionar la alimentación en las cárceles, y el director general de Centros Penales, Osiris Luna, confirmó que sólo se darán dos tiempos de comida a los presos.
La oposición y ONG sostuvieron que las fuerzas de seguridad se exceden en la aplicación del estado de excepción. La medida durará 30 días, aunque se podría extender otro mes.
Fuente: Sputnik/ AP