El grupo de encapuchados que tiene ocupado el vestíbulo de la Torre de Rectoría de Ciudad Universitaria amagó con mantener “un plantón indefinido” hasta que se reinstale a los cinco alumnos expulsados del CCH Naucalpan. Además, negaron que sus acciones sean “una toma”, según Milenio.
Mientras, las autoridades de la máxima casa de estudios anunciaron que interpusieron una demanda penal contra las personas que dañaron el edificio, al tiempo que exigieron la liberación de las instalaciones.
A través de un documento firmado por el abogado general de la UNAM, Luis Raúl González, los jóvenes fueron notificados de la denuncia penal que se interpuso, luego de condenar los daños hechos al edificio principal de CU, espacio considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad desde hace cinco años.
La UNAM explicó que las conductas del 19 de abril, durante la irrupción al edifico, fueron violentas e incluso causaron daños a los bienes de la institución, “acción condenable y contraria a los principios universitarios”.
En el documento, el abogado aseveró que las autoridades universitarias no entablarán diálogo en tanto prevalezca la violencia y la ocupación del vestíbulo de la Torre de Rectoría.
Además, exigió a los jóvenes “que depongan su actitud y desalojen las instalaciones, y que cualquier planteamiento de su parte se conduzca a través de lo que establece el marco jurídico universitario”.
Ayer cerca del mediodía, el grupo de encapuchados que ingresó a la planta baja de Rectoría amagó que el plantón será indefinido, con el fin de exigir la inmediata reinstalación de los cinco alumnos expulsados del CCH Naucalpan.
Otra de sus peticiones, afirman, es que no se realicen reformas al plan de estudios vigente en el Colegio de Ciencias y Humanidades, ya que argumentan, atentan contra el sentido humanista de su institución.
Los jóvenes, con el rostro cubierto, responsabilizaron al rector José Narro y a Laura Lucía Muñoz, directora general de los CCH, de cualquier acto de represión en su contra.
Aseguraron que el plantón que iniciaron el pasado viernes “no fue violeto”, ya que solo se rompió un vidrio del vestíbulo para poder ingresar al edificio y tener una respuesta por parte de las autoridades universitarias.
Afirmaron que el mural “El pueblo a la Universidad y la Universidad al pueblo”, pintado por David Alfaro Siqueriros, no fue rayado.
“Nosotros en ningún momento dañamos el mural de Siqueiros, por favor hagan un paneo del mural de Siqueiros, jamás lo dañamos, nosotros simplemente rompimos un vidrio para entrar y hacer el plantón al interior de la rectoría. Ese es el único daño al patrimonio de la nación que tanto defienden”, afirmó un joven con el rostro tapado.
“Esta acción no es una toma, ni siquiera violenta, es un plantón al interior de las instalaciones, es indefinido, la duración del plantón no se revaluará hasta no ver la voluntad política por parte de la Rectoría”, explicó el movimiento.
Mientras tanto, profesores del CCH Naucalpan indicaron que Jorge Mario González García, uno de los expulsados por realizar actos vandálicos el pasado 5 de febrero en el plantel, está preso en el Reclusorio Norte desde el 11 de abril por estar involucrado en un asalto a una tienda Walmart, ubicada en la delegación Azcapotzalco.
El viernes, cerca de 200 estudiantes de diversos planteles del CCH marcharon del Parque Hundido hacia la explanada de la Rectoría en Ciudad Universitaria.
A su llegada irrumpieron de forma violenta en la planta baja del edificio, rompiendo vidrios y dañando la fachada, siempre embozados.
Fuente: Milenio
