El peronista de centro-izquierda Alberto Fernández asumió este martes la presidencia de Argentina, un país en plena crisis económica. Fernández, un peronista de centro-izquierda que gobernará hasta fines de 2023, sostuvo que el gobierno saliente del liberal Mauricio Macri “ha dejado a la nación en una situación de virtual default”, con una deuda de 315 mil millones de dólares, cerca de 100% del Producto Interno Bruto.
Argentina “tiene la voluntad de pagar” su deuda externa, pero carece de “los medios para hacerlo”, advirtió el presidente Alberto Fernández, al hacer un llamado al FMI para desarrollar una relación “constructiva y cooperativa” en su discurso de investidura este martes.
Asimismo, convocó a sus connacionales a la unidad para un “nuevo contrato social solidario”, al asegurar que el país atraviesa por una emergencia social que requiere atender primero a los más desfavorecidos.
Fernández, un peronista de centro-izquierda de 60 años, aseveró además en sus palabras ante el Congreso que Argentina debe “superar el muro de rencor y de odio” que divide políticamente a sus compatriotas.
Además, se comprometió a defender “los derechos soberanos” de su país sobre las Islas Malvinas y sus recursos, en disputa con Reino Unido, que mantiene el control del territorio, y se dijo convencido de que “el único camino es la diplomacia”. “No hay más lugar para el colonialismo en el siglo XXI”.
Fernández asumió el mando ante la ovación de legisladores y de miles de argentinos que creen que “la esperanza” volvió al país.
“Recibimos un país frágil y golpeado. Apelamos al compromiso de todos los sectores”, dijo el nuevo presidente, exjefe de gabinete de Néstor y de Cristina Kirchner entre 2003 y 2008, tras rendir juramento, en reemplazo del liberal Mauricio Macri.
Presidente tiene por delante una tarea muy dura. Le han dejado un país devastado. Tierra arrasada. Pero sé que usted tiene la fuerza y la convicción para cambiar esta realidad tan fea que hoy están viviendo los argentinos. pic.twitter.com/zPU3xQPhL9
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) December 11, 2019
El flamante mandatario recibió la banda presidencial y el bastón de mando de parte de Macri en el Congreso. Una escena muy diferente a la de hace cuatro años, cuando Cristina Kirchner dejó la presidencia un día antes de lo previsto y Macri fue investido por el presidente provisional del Senado.
Kirchner, de 66 años, juró a su vez como vicepresidenta y asumió la presidencia del Senado.
Contención social
Argentina, que en 2001 vivió su peor crisis, con el mayor default de la historia, cinco presidentes en una semana y saqueos y disturbios que dejaron una treintena de muertos, se esfuerza por evitar otro estallido, en especial cuando países cercanos como Chile, Bolivia, Ecuador o Colombia atraviesan por duras protestas ciudadanas.
“Todos los países de la región tienen la casa en desorden. Hay volatilidad y vulnerabilidad. En Argentina el proceso electoral ayudó a descomprimir”, comentó a la AFP el analista político Juan Gabriel Tokatlian, de la Universidad Torcuato Di Tella.
Macri deja una Argentina con una inflación de 42,2% hasta octubre, aumento de la pobreza (35,4%) y caída del Producto Interno Bruto (-3,1% para 2019).
El nuevo presidente se propone para los primeros días de su gobierno mejorar los ingresos de los más vulnerables, a través de más fondos en ayuda social pero también aumentos salariales y de pensiones para las franjas más bajas.
“El riesgo es la ansiedad de la gente de que se produzca un cambio rápido en materia social. Fernández deberá administrar las expectativas y para ello su instrumento más importante es el peronismo, los sindicatos y los movimientos sociales moderados”, dijo Fraga a la AFP.
Un paso clave será el reperfilamiento de la deuda que asciende a un total de 315.000 millones de dólares, de los cuales 44.000 millones corresponden al crédito del FMI, con el que Fernández dijo que ya abrió “un proceso de negociación”.
Fuente: AFP