Confían los priistas en que con la reelección de Gustavo Madero se destraben los acuerdos legislativos sobre las reformas pendientes. “Acción Nacional, durante su proceso interno, tenía dos posturas, y había una división interna entre la militancia activa que está en el Congreso”, dijo el diputado del PRI Arnoldo Ochoa.
El vicecoordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Arnoldo Ochoa, confió en que la reelección de Gustavo Madero como presidente nacional del PAN ponga fin a las divisiones de los legisladores de ese partido y facilite la construcción de los acuerdos sobre las reformas pendientes.
“Acción Nacional, durante su proceso interno, tenía dos posturas, dos candidatos y había una división interna entre la militancia activa que está en el Congreso, en la Cámara de Senadores y en la de Diputados. Y el que haya llegado el presidente Madero a reelegirse es una decisión interna que a lo mejor nos ayuda a facilitar unos temas, otros no, porque no es definitiva esa situación”, puntualizó.
Ochoa convocó a las diversas fuerzas políticas en el Palacio de San Lázaro a un diálogo abierto, más propositivo, en beneficio del país.
“Esperamos que podamos encontrar acuerdos, no por los partidos, sino porque México necesita y requiere reformas que lo pongan al día en aspectos de competencia, de competitividad y que esto nos genere el suficiente desarrollo económico y la generación de empleo”, puntualizó.
El legislador responsable de las relaciones de su bancada con otras fuerzas políticas expresó su respeto a las decisiones internas del PAN y apeló a la disposición de ese partido al diálogo y al consenso para resolver las leyes secundarias pendientes en materia de telecomunicaciones y energía.
Por separado, la diputada federal panista Karina Labastida calificó la elección de la dirigencia nacional de su partido como un ejemplo de democracia interna para el resto de las fuerzas políticas del país.
“Los panistas nos sentimos orgullosos del alto nivel de democracia interna que demostró la militancia, así como de la actitud institucional de ambos candidatos: (Gustavo) Madero, sin triunfalismos y haciendo un llamado a la unidad, y (Ernesto) Cordero, aceptando su derrota aún antes de que se hiciera oficial el resultado de la elección”.
Labastida sostuvo que la elección interna del PAN contrasta con los procesos de otros partidos políticos cuando de elegir a sus dirigentes se trata: “en algunos, la lucha interna se vuelve encarnizada entre las tribus y termina en los tribunales electorales; en otros, la guerra entre los grupos de mayor poder político económico es despiadada y es cuando el país se entera de los ‘pecados’ de esos candidatos”, puntualizó
Fuente: Milenio