En el marco del Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de Tortura –que se conmemoró este 26 de junio–, la Coalición Vida y Libertad Julián Assange #24F realizó este viernes una protesta global virtual, consistente en en un video mediante el cual denuncia la tortura y malos tratos que ha recibido el fundador de Wikileaks, quien se encuentra detenido desde hace más de un año en condiciones de gran severidad.
Edith Cabrera, integrante de dicho colectivo, señaló en entrevista con La Jornada que las autoridades del Reino Unido le han negado a Assange la posibilidad de salir bajo fianza y lo mantienen en su celda 23 horas al día, a pesar de que el activista sufre de osteoporosis y afectaciones severas en los pulmones, lo que significa un acto de tortura física y sicológica. “Estamos indignados y preocupados por la salud de Assange, porque el Reino Unidos le ha negado derechos fundamentales y le ha prohibido acceder a documentos legales para acceder a su defensa. El Relator Especial de Naciones Unidas sobre la Tortura, Nils Melzer, ha hecho numerosos llamados diciendo que estas acciones violan los derechos de Julian”, dijo.
La activista recordó que el gobierno de Estados Unidos quiere imponerle una sentencia de 175 años de cárcel a Assange y recientemente ha ampliado el número de delitos por los cuales se le acusa, y lo mantienen prácticamente todo el día en una celda donde no puede ver la luz solar, no puede hacer ejercicio físico y no recibe atención médica adecuada. “Lleva casi 15 meses en aislamiento y eso es riesgoso para su salud mental. Lo único bueno es que, después de seis meses, ya le permitieron hablar con su familia todos los días y tener un radio para escuchar música, pero las secuelas de la tortura sicológica son muy fuertes y quedan de por vida”, alertó.
Cabrera recordó que el 29 de junio es la próxima audiencia legal de Assange, aunque señaló que podría no acudir por motivos de salud, y recordó que la juez encargada del caso, Emma Arbuthnot, no se ha excusado de analizar el expediente del activista de origen australiano, a pesar de que tiene un posible conflicto de intereses, porque su marido e hijo vieron afectadas sus actividades laborales por las revelaciones de Wikileaks.