El vicepresidente de Uruguay, Raúl Sendic, anunció este sábado su renuncia en medio de denuncias de corrupción.
Sendic informó que dejaba el cargo luego de que el Tribunal de Conducta Política del Frente Amplio determinara que había incurrido en un “proceder inaceptable en la utilización de dineros públicos” y lo acusara de mentir en sus explicaciones.
“Presenté ante el Plenario del Frente Amplio mi renuncia indeclinable a la vicepresidencia. Se lo comuniqué también al presidente Tabaré Vázquez”, escribió Sendic en su cuenta de Twitter.
Esta es la primera vez que renuncia un vicepresidente en Uruguay y la Constitución no establece cómo debe ser el procedimiento. El constitucionalista Martín Risso dijo a un diario español que Sendic debería presentar la renuncia por escrito ante la Asamblea General del parlamento, que preside hasta hoy, y debería votar si la acepta o no.
El más reciente escándalo que lo involucra estalló en junio cuando el semanario Búsquedainformó que entre 2010 y 2013, mientras presidió la petrolera estatal ANCAP, usó tarjetas de crédito corporativas para comprar objetos que poco tenían que ver con su gestión.
El hoy vicepresidente, senador y presidente del Parlamento también compró en joyerías, tiendas de artículos electrónicos y de souvenirs. Luego, en el libro Sendic. La carrera del hijo pródigo, las periodistas Patricia Madrid y Viviana Ruggiero publicaron los facsímiles de los estados de cuenta de las tarjetas.
Ante el Tribunal de Conducta Política de su partido, Sendic no pudo explicar por qué hizo una compra en una mueblería y colchonería: “A mí me parece muy rara esa compra”, se limitó a declarar ante el tribunal. Tampoco dio explicaciones sobre compras en otras tiendas y supermercados.
El caso también está siendo analizado por la Junta de Transparencia y Ética Pública, un organismo oficial anticorrupción.
Más allá de sus compras con las tarjetas de la empresa, la gestión de Sendic al frente de ANCAP dejó tal déficit que en 2016 el Parlamento debió aprobar una inyección de capital en la empresa de 872 millones de dólares para evitar su quiebra. Tales pérdidas provocaron un escándalo incluso dentro del oficialismo. El actual ministro de Economía, Danilo Astori, responsabilizó del caso a Sendic y al anterior presidente José Mujica (2010-2015).
Sendic se defendió argumentando que el déficit se originó por fuertes inversiones necesarias supuestamente realizadas por ANCAP. Sin embargo, tres partidos opositores presentaron una denuncia judicial alegando que hubo posibles actos de corrupción. Se ha comprobado, por ejemplo, que la petrolera pagó publicidad en una radio que no existía.
La petrolera también hizo una campaña publicitaria millonaria en televisión con un eslogan que luego Sendic usó como propio en la campaña electoral.
El caso aún se estudia.
El desprestigio del vicepresidente comenzó en 2016 cuando admitió que no es licenciado en genética humana, aunque así se presentó durante años.
“Lo que hice fue una preparación para la docencia genética, que era un curso rápido”, le dijo al diario El Observador en febrero de 2016. Luego Sendic se embarcó en explicaciones contradictorias y dijo que presentaría el título, cosa que no ocurrió. Incluso dejó en falsa escuadra a la senadora Lucía Topolansky, esposa de Mujica, quien en su defensa dijo haber visto el título que nunca apareció.
La sumatoria de denuncias hizo de Sendic blanco permanente de la crítica de sus propios compañeros, la oposición, la prensa y las redes sociales.
“Es el bullying más fantástico que he visto en mi vida y me causa asombro el ensañamiento”, señaló el presidente Tabaré Vázquez a comienzos de julio. Sin embargo, conforme sectores y personalidades de la gobernante coalición Frente Amplio se sumaron a los cuestionamientos, Vázquez moderó su discurso y dijo que aceptaría su renuncia si la presentaba.
Hijo de uno de los líderes de la organización guerrillera Tupamaros, Sendic residió en Cuba mientras Uruguay estaba bajo la dictadura militar (1973-1985).
De 54 años, al comienzo del gobierno de Vázquez en 2015, Sendic aparecía como una de las principales figuras de recambio generacional del Frente Amplio.
Fuente: AP