El presidente Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping acordaron el sábado un alto el fuego en la guerra comercial que sostienen sus naciones desde hace un año, evitando, al menos por ahora, una escalada temida por los mercados financieros, las empresas y los agricultores.
Trump dijo que los aranceles existentes de Estados Unidos se mantendrían en vigor contra las importaciones procedentes de China mientras continúan las negociaciones, pero que los aranceles adicionales que ha amenazado con aplicar a otros productos chinos por valor de miles de millones de dólares no se activarán por el momento.
Añadió que Estados Unidos y China reanudarán sus conversaciones comerciales, por ahora estancadas. “Vamos a trabajar con China donde lo dejamos”, agregó.
Trump habló tras una larga reunión con Xi al margen de la cumbre del Grupo de los 20 en Osaka. El presidente de Estados Unidos declaró que las relaciones con China “han vuelto a estar en el buen camino”, pero aseguró que persisten las dudas sobre la voluntad de las dos naciones de llegar a un acuerdo sobre una solución a largo plazo.
La aparente tregua continúa un patrón de conversaciones entre Trump y Xi, quienes más de una vez han profesado su amistad y han hecho una pausa en las medidas proteccionistas, sólo para ver cómo las negociaciones se rompen posteriormente a raíz de detalles polémicos.
Hasta ahora, se han celebrado 11 rondas de conversaciones que no han logrado poner fin al estancamiento. Estados Unidos ha impuesto un 25% de aranceles de importación sobre productos chinos por un valor de 250 mil millones de dólares y amenaza con aplicar otros aranceles a productos chinos por 300 mil millones de dólares, una medida que extendería los aranceles a prácticamente todo lo que China envía a Estados Unidos.
China ha contraatacado con aranceles a 110 mil millones de dólares en productos estadounidenses, centrándose en los productos agrícolas. El golpe arancelario afecta especialmente a los partidarios de Trump en el cinturón agrícola de Estados Unidos.
Fuente: AP