Los ministros de Finanzas de los siete países más ricos del mundo, el G-7, alcanzaron este sábado un acuerdo calificado como “histórico” que respalda la creación de una tasa impositiva mínima mundial de 15 por ciento para las empresas multinacionales y que éstas paguen más impuestos en los mercados donde venden bienes y servicios.
La medida podría constituir la base de un pacto global y recaudar cientos de miles de millones de dólares para las arcas de muchos países que están vacías por la pandemia de Covid-19, mientras los gigantes de Internet se han beneficiado de la crisis.
“Los ministros del G-7 han alcanzado un acuerdo histórico para reformar el sistema fiscal mundial con el fin de adaptarlo a la era digital global”, anunció el ministro británico de Economía, Rishi Sunak, tras presidir una reunión de dos días en Londres. La medida apunta principalmente a las grandes empresas tecnológicas, muchas de ellas estadunidenses –como Google, Apple y Amazon– que pagan impuestos irrisorios a pesar de obtener beneficios de decenas o incluso cientos de miles de millones de dólares, gracias a que están domiciliadas en países donde la tasa del impuesto de sociedades es muy baja o incluso nula.
La secretaria del Tesoro estadunidense, Janet Yellen, saludó el sábado en un comunicado este “compromiso sin precedente”, al señalar que “acabará con la espiral descendente de la fiscalidad de las empresas, y aportará justicia a la clase media y a los trabajadores en Estados Unidos y en todo el mundo”.
Las naciones del G-7 (Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Japón, Alemania y Estados Unidos), aprovechando el renovado interés de la administración estadunidense desde que Joe Biden asumió el cargo de presidente, quieren lograr una reforma global del impuesto de sociedades, siguiendo los trabajos realizados en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que lleva años coordinando las negociaciones fiscales entre 140 países sobre las normas para gravar los servicios digitales transfronterizos y frenar la erosión de la base imponible, incluido un impuesto mínimo de sociedades a nivel mundial.
Los países de la OCDE y del G-20 pretenden llegar a un consenso sobre ambos temas a mediados de año. Se espera que el impuesto mínimo represente la mayor parte de los 50 mil millones de dólares de impuestos extra que, según la OCDE, las empresas acabarán pagando en todo el mundo.
Fuente: Reuters/ AFP