Las autoridades eclesiásticas buscaban en ellas el cuerpo de Emanuela Orlandi, desaparecida en 1983 cuando tenía 15 años.
La Fiscalía vaticana ha procedido este jueves a la apertura de las tumbas de dos princesas alemanas ubicadas en un cementerio dentro de las murallas del Vaticano, para comprobar si se hallaban allí los restos de Emanuela Orlandi –la hija de un empleado vaticano misteriosamente desaparecida en 1983 a la edad de 15 años–, pero ha constatado que los sepulcros estaban vacíos.
Así lo ha explicado a los medios de comunicación la abogada de la familia Orlandi, Laura Sgrò, tras estar presente en la exhumación.
Una carta anónima recibida el verano pasado con una foto de la tumba y la frase “Busque donde indica el ángel” motivó una línea de investigación que sugería la apertura de estas tumbas en concreto y se cursó una solicitud a la Secretaría de Estado vaticana que la autorizase.
Los sepulcros se encuentran en el Cementerio Teutónico, una zona del Vaticano que corresponde al lugar en el que estuvo el llamado Circo de Nerón, lugar de martirio para muchos de los primeros cristianos, que pasó posteriormente a ser propiedad de una fundación alemana.
Tanto la abogada Sgrò como el hermano de la joven desaparecida, Pietro Orlandi, se mostraron sorprendidos y contrariados al comprobar que las dos sepulturas estaban vacías. Tampoco la familia de las dos princesas está al corriente de dónde se encuentran los cuerpos.
Misterio sin resolver
La desaparición de Orlandi constituye uno de los casos más misteriosos de Italia. Desde que se le perdiera la pista a la menor el 22 de junio de 1983 a la salida de sus clases de flauta, los trabajos de investigación y las conjeturas han sido prácticamente incesantes.
Hubo quien atribuyó su desaparición a un secuestro por parte de la mafia como medida de presión para recuperar un préstamo que se le habría hecho a la Santa Sede.
Otros afirmaron que la menor habría sido secuestrada para exigir la liberación de Mehmet Ali Agca, el turco que intentó asesinar al papa Juan Pablo II en 1981.
Una exhumación anterior
La familia de la adolescente nunca ha perdido la esperanza de hallarla con vida. Su hermano Pietro lleva muchos años al frente de una campaña para esclarecer los hechos, y denuncia el silencio del Vaticano sobre el asunto.
El 14 de mayo de 2012, la policía científica, siguiendo otra de las múltiples pistas de la investigación, abrió un sarcófago de mármol en la pequeña basílica de San Apolinar en busca de Orlandi. Hallaron allí centenares de huesos de cadáveres que databan de hacía más de dos siglos, pero no había rastro de la menor desaparecida.
Reapertura reciente del caso
El caso de Emanuela recibió nueva atención mediática en octubre de 2018, tras el hallazgo de varios fragmentos óseos durante unos trabajos de renovación realizados en la sede de la Nunciatura Apostólica en Roma.
Los restos pertenecían a una mujer de unos 30 años, y según una de las hipótesis podía tratarse de Orlandi, quien habría sido mantenida en cautiverio hasta cumplir esa edad; sin embargo, un posterior análisis de ADN descartó esa posibilidad.
Finalmente, el Vaticano decidió reabrir el caso en abril de este año, tras la recepción del mencionado mensaje anónimo.
La infructuosa exhumación de este jueves se ha llevado a cabo en presencia de abogados y miembros de la familia Orlandi, así como de familiares de las personas que, supuestamente, se hallaban sepultadas en el lugar, por lo que desconcierto ante los sepulcros vacíos ha sido generalizado.
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