El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha convertido su revisión de la investigación de los orígenes del “Rusiagate” en una invstigación de tipo criminal susceptible de fincar cargos penales ante un Gran Jurado.
Se desconoce qué posibles delitos están siendo examinados, pero el nuevo carácter de la investigación confiere a los fiscales autoridad para emitir citaciones y quizá conformar un jurado investigador, obligar a testigos a comparecer y presentar cargos penales federales.
La revelación se produce mientras Trump ya enfrenta una pesquisa por posible abuso del poder, incluida una investigación de la Cámara de Representantes con vistas a un juicio político, sobre si el mandatario retuvo asistencia militar a Ucrania para presionar al presidente de esa nación para que iniciara una investigación sobre el exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter.
Previamente, para el Departamento de Justicia la revisión tenía carácter administrativo y el secretario de Justicia William Barr nombró a John Durham, fiscal federal de Connecticut, para que encabece la investigación sobre los orígenes de la pesquisa del fiscal especial Robert Mueller en torno a la intromisión rusa en los comicios de 2016. Se desconoce cuándo fue que la revisión de Durham cambió a ser investigación penal.
Durham está examinando qué propició que Estados Unidos abriera una investigación de contrainteligencia sobre el equipo de campaña de Trump y los papeles que desempeñaron diversos países en esa pesquisa. Durham también indaga si los métodos de espionaje y de compilación de inteligencia utilizados durante la investigación fueron legales y adecuados.
La investigación de Mueller empañó la presidencia de Trump durante casi dos años e hizo enfurecer al presidente, que informó que estaba motivada políticamente y la calificó de ser una “cacería de brujas“.
Mueller concluyó que el gobierno ruso se entrometió en los comicios de 2016, pero no encontró pruebas suficientes para determinar que existió una confabulación penal entre Rusia y el equipo de campaña de Trump. Mueller también indagó 10 posibles casos de obstrucción de la justicia e informó que no podía exonerar al presidente.
El diario The New York Times fue el primero en informar que la investigación de Durham se había convertido en una investigación penal.
El Departamento de Justicia ha dicho que Trump, a solicitud de Barr, efectuó recientemente diversas llamadas a gobernantes extranjeros, entre ellos el primer ministro australiano Scott Morrison, para que ayudaran al secretario de Justicia en la investigación de Durham.
Barr y Durham viajaron en agosto y septiembre a Italia, donde se entrevistaron con funcionarios de inteligencia locales en busca de información sobre las actividades de agentes del FBI asignados a ese país, dijo el miércoles el primer ministro italiano Giuseppe Conte.
La Casa Blanca no atendió de momento una solicitud de The Associated Press para que hiciera declaraciones sobre el asunto.
(Con información de AP y NYT)