* Cae 19 puntos respaldo ciudadano a EPN * Lo que natura non da, Televisa non presta…
Por Martín Moreno
Cuando Enrique Peña Nieto arrancó su gobierno en el estado de México, un periodista veterano, también mexiquense, le aconsejó visitar el mayor número de comunidades posibles. Pueblear, dirían los políticos de antaño. Hacer brecha y así estar cerca de los pueblos.
-¿Y para qué?, le respondió Peña Nieto. Si para eso está la televisión…
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El domingo pasado se cumplió un año de gobierno de Peña Nieto, un político –tal como lo refleja el comentario con el que abre esta columna-, moldeado, preparado y lanzado por Televisa como un producto político vendible y rentable.
Peña fue un político que daba el perfil para Televisa. Así como se le hace casting para telenovelas a Fernando Colunga, Peña Nieto se ajustaba a la figura visualmente atractiva para el electorado y, mediante una campaña que bombardeó a millones de hogares con su presencia, ganó en gran medida la Presidencia en 2012. Más que gracias a su capacidad política, trepado en la plataforma televisiva de Chapultepec 18. Con eso le alcanzó.
Pero a un año de distancia, la figura fabricada por Televisa comienza a derretirse como un muñequito de chocolate acercado al fuego. Muy pronto se comenzó a desmoronar.
Y no hablaremos –como lo hemos hecho en entregas pasadas-, de su incultura, de sus ignorancias y de su evidente carencia de preparación académica, literaria, de cultura general o de ausencia de luces personales. Que conste: estos no son adjetivos, sino descripciones. ¿O acaso Okinawa sí está en Chihuahua, como lo dijo el presidente de México hace unos días?
Las cifras, las encuestas y la opinión que se tiene de Peña Nieto hasta en el extranjero, ubican a su gobierno en el peor arranque de la historia contemporánea, tanto en el ejercicio de la administración como en el respaldo que tiene el Presidente de la mayoría.
El primer año de gobierno siempre había sido el de mayor aceptación para los tres últimos presidentes: Zedillo, Fox y Calderón. Fox alcanzó “picos” del 70% de aceptación en el 2001. Calderón andaba en un 65% en 2007. ¿Y Peña?
Las encuestas lo apabullan.
La economía en el primer año de Peña Nieto ha sido un desastre. Este año sólo creceremos –por así decirlo- en 0.9%. “Es la economía, estúpidos”, dice la clintoniana frase. Pero en Los Pinos grilla mata sensatez económica.
Las encuestas:
Reforma divulga que la aprobación ciudadana a Enrique Peña Nieto cayó 8 puntos, al pasar de 52% en julio, a 44% en diciembre. Es decir: en sólo un año de gobierno, sólo 4.4 de cada diez mexicanos respaldan el gobierno peñista. Es cifra bajísima.
Encuesta BGC (Beltrán, Juárez y Asociados), reporta que el 61% está en desacuerdo en la manera como Peña Nieto está gobernando. Seis de cada 10 lo reprueban. Comparado con los niveles de mayo, la aprobación a la gestión presidencial ha caído 19 puntos, y se ubica en un nivel por debajo de como terminó Felipe Calderón su mandato. La mitad de los encuestados determinó que el principal problema del país es el económico, y 67% considera que las cosas están peor que hace un año.
Consulta Mitofsky, de Roy Campos, está por sacar su encuesta en la que ubica el respaldo ciudadano a Peña Nieto apenas por debajo del 50%.
Parametría registra una aprobación del 55% para Peña, prácticamente al mismo nivel de cuando comenzó su gobierno, pero el índice de desaprobación se duplicó en el mismo periodo: pasó de 21% en diciembre de 2012, a 42% reportado en noviembre de 2013).
Son las encuestas y la percepción en el extranjero.
Un reportaje del periodista Richard Fausset publicado en Los Angeles Times –diario leído y prestigiado-, presenta que México “sigue siendo un desastre”, con una economía estancada, con “secuestros y extorsiones en aumento en todo el país”.
“En el corto plazo, aún con muchas medidas, su país sigue siendo un desastre”, machaca Fausset.
La percepción sobre México en Los Ángeles Times es convertida en realidad en el renglón de secuestros.
La Organización Alto al Secuestro, que preside Isabel Miranda de Wallace, reporta ya… ¡2,241 plagios desde el inicio del gobierno peñista hasta el pasado 13 de noviembre! Es la consecuencia de la falta de estrategia contra el crimen organizado. No podía ser de otra manera.
Y si ayer fueron los muertos de Calderón, hoy son los muertos de Peña Nieto. Tampoco podía ser de otra manera.
De acuerdo al recuento del semanario Zeta dirigido por Adela Navarro, los muertos por violencia en México son 17,068, con base en el Secretariado Ejecutivo del SNSP. La violencia galopa, imparable, aterradora.
Los muertos y la falta de resultados
Durante el gobierno de Peña, los resultados del combate al narcotráfico registraron una disminución de hasta el 50%, en comparación a lo hecho por Calderón en 2012. De un total de 20 rubros comparados, el número de detenidos, así como los decomisos de drogas, vehículos, armas y dinero vinculados al narcotráfico, se han desplomado. (Fuente: Informe de Actividades del Combate al Narcotráfico de la Sedena).
Es el fruto amargo de imponer discurso sobre efectividad. Mucha saliva, pocos logros. Ni la furia patética del iracundo Mondragón y Kalb ni la demagogia hueca de Osorio Chong ocultan el fracaso peñista en la lucha contra el crimen organizado.
Escenarios pésimos por todas partes.
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¿Se esperaba mucho más del gobierno de Peña Nieto? Depende de quién lo evaluara.
Sin duda, el Pacto por México sirvió para destrabar resistencias…aunque las reformas se han quedado cortas.
Reforma Educativa descafeinada por acuerdos a su espalda entre la CNTE y la Segob.
Miscelánea fiscal (que no reforma) que sólo sirvió para aumentar impuestos.
Reforma laboral intrascendente.
En discusión, las reformas política y la energética.
Y más allá de cifras, hechos y realidades, queda claro que apostarle a un candidato fabricado por la televisión, forjado en el priismo mexiquense y arropado por la mayoría de los medios, ha sido una mala decisión.
Al menos, hasta hoy.
Twitter: @_martinmoreno
Fuente: Sin Embargo