A punta de piedras toman bastión de ‘La Tuta’

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No a punta de “cuernos de chivo”, ni a bazucazos o bombazos, las autodefensas tomaron Arteaga, la tierra y bastión de Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, el líder del cártel de “Los Caballeros Templarios”, con troncos y piedras en la mano.

En Tierra Caliente se decía que se trataba de una toma pactada, que no se darían golpes espectaculares al cártel, que tampoco se detendría a “La Tuta” y que era pura faramalla.

Pero Estanislao Beltrán, “Papá Pitufo”, a cargo de la operación, lo dimensionó de otra manera: “La estrategia es limpiar el territorio de criminales y darle la paz a nuestro pueblo”, dijo.

A las tres y media de la tarde una caravana del Consejo General de Autodefensas y Comunitarios de Michoacán, integrada por alrededor de 200 camionetas, además de una treintena de vehículos de la Policía estatal y federal, se partió en dos: una entró al municipio de Tumbiscatío, encabezada por Manuel Mireles, la otra, con “Papá Pitufo”, se internó al vecino, Arteaga.

A la entrada de la cabecera municipal de Arteaga el segundo grupo se confrontó con pobladores que les impedían el paso con postes y árboles atravesados en la carretera y armados con garrotes.

Al ver el bloqueo, “Papá Pitufo” y otros guardias civiles descendieron de sus camionetas. Entre ellos iba el empresario que, según el productor de limón, organizó al grupo ciudadano inconforme que les pidió apoyo para expulsar al cártel. Estaba encapuchado en resguardo de su identidad.

Cuando las autodefensas se acercaban a la muchedumbre se escuchó el grito: “¡Fuera comunitarios!”.

El líder del consejo les dijo: “¡Nosotros no vamos a afectar al pueblo! ¡Nuestro objetivo es limpiar de criminales! ¡Les pido de la manera más atenta que nos dejen pasar!”.

“¡A chin… a su madre comunitarios!”, un hombre les gritó mientras la mayoría de la gente manifestada permanecía callada.

El encapuchado entonces se desenmascaró y le habló a la multitud, entre la que había algunos familiares suyos: “¡Cómo es justo que ustedes anden aquí! ¡Cómo si ‘La Tuta’ mató a dos de mis hermanos!”. Los gritos de un lado y del otro se elevaron. Algunos pobladores alzaron los palos. Los guardias rurales los imitaron y entre todos se enfrascaron en una trifulca durante varios minutos. Las autodefensas vencieron en el jaloneo.

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