Una serie de mensajes entre los detenidos por el intento de asesinar a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, el pasado día primero, revelan que ya habían intentado atacarla el 27 de agosto, en el marco de una movilización ante el edificio donde habita, y trascendió que el presidente, Alberto Fernández, también estaba en la mira del mismo grupo, sobre lo que habló en un reportaje en la televisión española advirtiendo que “el próximo era yo”.
El mandatario aseveró que en las comunicaciones entre el atacante de la vicepresidenta Fernando Sabag Montiel y su novia Brenda Uliarte se encontró que planeaban atacarlo y hablaban del fallido atentado contra Fernández de Kirchner. Agregó que “no teme a las amenazas” y subrayó que es importante “estar atentos porque no quiero que nos separen de la gente”, al admitir fallas en el sistema de seguridad.
“Algo no estamos haciendo lo suficientemente bien como para que en la cabeza de una persona penetre una idea tan horrible como la de matar a otra por lo que representa o piensa. No es un marciano el que vino a disparar contra Cristina, no es una persona que llegó y salió por fuera de nuestra sociedad(…) es uno de los que viven en esta sociedad. No es inimputable, no tiene ninguna alteración en sus facultades mentales y tiene plena comprensión de la criminalidad de su acto”.
El canal C5N, que citó fuentes de la investigación, informó de lo que pudo filtrarse del celular de Uliarte sobre intentos frustrados de ataques.
En uno de sus mensajes hablan del día 27 de agosto cuando Fernández de Kirchner estuvo en un escenario montado en la esquina de su casa para llamar a los presentes a descansar, ya que un día antes ocurrieron graves incidentes, cuando policías de Buenos Aires atacaron e insultaron al diputado Máximo Kirchner, su hijo, al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, cuyo automóvil golpearon y a otros funcionarios y legisladores cuya lista tenían premeditadamente.
“El tema es que hay una cámara de C5N y hay poca gente -dice un mensaje de Sabag Montiel a Brenda Uriarte-. La gente se está yendo y el momento es ese. Ahora ya es tarde. Son las 12 y ella salió a esa hora y era a esa hora. O sea el escenario era con ella porque la habrán seguido ¿entendés?”. Agrega: “después vamos a ver en la tele qué pasó, porque cuando ella se metió la siguieron y ahí tendría que haber sido”.
Esto significa que el armado de inteligencia del grupo era importante y dadas las circunstancias del viernes 26 de agosto, la policía de la municipalidad capitalina que no haya advertido a ese extraño grupo que se movía sospechosamente.
La investigación está en manos de la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, que de alguna manera, forman parte del llamado Partido Judicial conformado durante el gobierno de Mauricio Macri. Se espera la decisión judicial sobre los amigos de los detenidos citados hasta ahora como testigos, cuando hay suficientes datos como para entender que no es un “grupo suelto” .
Si faltaba algo en este laberinto de la investigación, monitoreada por abogados y juristas, en el juzgado por un “error” se borraron los mensajes del celular del principal imputado y se intenta con muchas dificultades recuperarlos. Suficiente para alentar sospechas tanto como la insistencia opositora y mediática de hablar de “unos loquitos” o “lúmpenes”.
Fuente: La Jornada